Los teléfonos inteligentes están arruinando vidas, debido a que una de cada cinco mujeres y uno de cada ocho hombres están perdiendo horas de sueño debido a sus smartphones, lo cual provoca más cansancio y menos productividad, indica un nuevo estudio de la Universidad de Tecnología de Queensland (QUT).
La investigación consistió en el análisis de una encuesta de más de 700 usuarios de teléfonos móviles en toda Australia, usando preguntas replicadas de una encuesta similar realizada en 2005. En esta actualización de la muestra se descubrió un patrón de lo que se conoce como “tecnoferencia”.
El término se refiere a las intrusiones cotidianas y las interrupciones que las personas experimentan debido a los teléfonos inteligentes, explica en los resultados el autor del estudio, Oscar Oviedo, del Centro de Investigación de Accidentes y Seguridad Vial de Queensland.
“Los registros relacionados con pérdida de sueño y productividad mostraron que estos resultados negativos aumentaron significativamente en los últimos 13 años”, dice el análisis. Los investigadores descubrieron un incremento en la cifra de personas que culpan a sus teléfonos móviles por perder el sueño, de 5.5% en 2005 a 31.3% en 2018.
A consecuencia de lo anterior, las personas se volvieron menos productivas, 26.6% en 2018 frente a 2.3% en 2005, y sintieron más cansancio y molestias derivadas, 16.3% el año pasado respecto a 4.6% hace 14 años.
Se registraron algunos cambios asombrosos entre 2005 y 2018, sobre todo el creciente volumen de personas que preferirían ocuparse en Instagram que lidiar con las preocupaciones del mundo real, es decir 25.9% de mujeres y 15.9% de hombres el año pasado, frente a 3.8 y 6.5%, respectivamente.
El análisis asegura que muchos usuarios son conscientes de su adicción a la pantalla, y de que los teléfonos móviles están afectando cada vez más los aspectos del funcionamiento diurno debido a la falta de sueño y al aumento en el abandono de responsabilidades.
“Las innovaciones tecnológicas rápidas en los últimos años han dado lugar a cambios dramáticos en la tecnología actual de los teléfonos móviles, que pueden mejorar la calidad de vida de los usuarios, pero también dar como resultado algunos resultados negativos”, concluye el estudio.
