Redacción Negocios Now
Poco antes de su despegue, la primera misión tripulada de Boeing al espacio fue pospuesta por un fallo en el cohete. De momento, se ha identificado una anomalía en una válvula del Atlas V, responsable de impulsar la cápsula. Como resultado de este percance, el despegue podría volver a intentarse este martes, el viernes, el sábado o a mitad de la próxima semana, según lo que dictaminen los técnicos a cargo de investigar la falla.
La empresa estadounidense fabricante de aviones había programado la primera misión espacial tripulada de su nave Starliner para la noche del lunes 6 de mayo desde Cabo Cañaveral, en Florida, con destino a la Estación Espacial Internacional (EEI). De acuerdo con el plan, la cápsula despegaría propulsada por un cohete Atlas V, de United Launch Alliance (ULA), desde una plataforma de la Estación de la Fuerza Espacial de Cabo Cañaveral a las 22:34 horas del lunes, con los astronautas de la NASA Butch Wilmore y Suni Williams a bordo.
Representantes de la agencia espacial y la empresa aeronáutica anunciaron por teleconferencia los detalles de esta primera misión tripulada de Boeing, la cual se programó una vez que las revisiones preparatorias de la nave fueron positivas para obtener la autorización final de su viaje rumbo a la EEI.
El éxito de la misión significa para la NASA contar con un segundo proveedor, después de SpaceX, de Elon Musk, para misiones tripuladas y el transporte de carga al laboratorio orbital. Desde 2014, la agencia espacial estableció contratos con ambas empresas, según reportes periodísticos.
Steve Stich, gerente del Programa de Tripulación Comercial de la NASA, comentó durante la transmisión que la agencia espacial estadounidense se ha esforzado para que este programa tenga dos sistemas de transporte espacial independientes.
A la fecha, la NASA sólo había trabajado con SpaceX debido a que la nave de Boeing seguía en pruebas. El año pasado, problemas detectados en el sistema de paracaídas y en unas cintas de fibra de vidrio obligaron a aplazar la misión un mes y medio antes del despegue, programado para el 21 de julio.
Un año antes, el 19 de mayo de 2022, Boeing lanzó con éxito la misión no tripulada OFT 2, la cual atracó al día siguiente en la EEI, donde la nave CST-100 Starliner permaneció cuatro días antes de separarse de forma autónoma y aterrizar luego en Nuevo México, Estados Unidos.
Los representantes de la empresa explicaron, por su parte, que la cápsula, de cinco metros de altura y 4,6 metros de diámetro, es reutilizable hasta 10 veces, y tiene capacidad para un máximo de siete personas. Las misiones tripuladas encargadas por la NASA dentro de este programa, son de cuatro o cinco pasajeros.
El plan descrito incluía la llegada de la nave a la estación espacial al tercer día de su despegue, y la permanencia de sus dos tripulantes, una semana en el sitio, antes de emprender el retorno hacia el suroeste de Estados Unidos, donde la Starliner descenderá con un mejorado sistema de paracaídas.
La nave y el cohete fueron colocados en su plataforma de lanzamiento el sábado 4 de mayo, y en los dos días antes del despegue Williams y Suni, ambos experimentados pilotos de la Marina estadounidense, realizaron las últimas pruebas. Ahora, corresponde esperar por los resultados de la investigación y establecer una nueva fecha para la misión.