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Culpa de la FAA asientos de sardina en aviones

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La Agencia Federal de Aviación (FAA) está más enfocada en las necesidades de las aerolíneas que en las de los consumidores, a quienes se supone debe proteger, por lo que permite que tú vueles como sardina en asientos cada vez más incómodos, para que la aerolínea gane espacio que comercializa.

Un reciente artículo de Bloomberg retoma la polémica que tiene varios años sobre el cada vez más reducido tamaño y separación de los asientos en las aeronaves. En 2017 la asociación FlyerRights demandó que la FAA estudiara si es un problema de seguridad que los asientos de los aviones estén cada vez más juntos y sean más pequeños.

La FAA respondió que no existe un asunto de seguridad que regular en el tamaño y espacio de los asientos. Pero a raíz de los dos accidentes del 737 Max, que mataron a 346 personas, la duda sobre la actuación de la agencia reguladora regresó, al comprobarse que omitió gran parte del proceso de certificación a Boeing permitiendo volar un avión defectuoso, con resultados trágicos.

“La FAA se centra más en las necesidades de la industria que se supone que debe regular que en los consumidores que se supone que debe proteger”, precisa el artículo. Y uno de las peores situaciones que se experimentan en los vuelos son los asientos en clase económica, incómodos, estrechos, que en largas distancias dejan a los pasajeros con espaldas doloridas y cuellos rígidos.

Es decir, los llamados “asientos de sardina” no son sólo una impresión tuya, ni su costo más bajo es razón de su existencia. Realmente se han reducido, por un interés comercial de las aerolíneas, de 47 centímetros a principios de los 2000 a poco más de 43 alrededor 2015. El espacio entre filas pasó de 89 centímetros a 79, e incluso a sólo 71 centímetros en algunas aerolíneas, según datos de FlyerRights.

La razón por la que los asientos son más pequeños no es ningún secreto, ya que permite a las aerolíneas contar con más asientos para vender. Además, los asientos incómodos generan el deseo entre los pasajeros de pagar uno de los escasos asientos más cómodos en el mismo vuelo.

Paul Hudson, presidente de FlyerRights, grupo de derechos de los pasajeros considera que la intención no sólo de mantener esos asientos de sardina en los aviones, sino querer reducirlos más puede causar un “problema de salud, seguridad y derechos humanos”, con la complacencia de los reguladores ante la ambición del fabricante de aviones.

Los pasajeros en asientos demasiado estrechos pueden desarrollar coágulos de sangre en las piernas (trombosis), también la cercanía de asientos facilita la transmisión de enfermedades, y lo reducido del espacio dificulta evacuar en caso de emergencia. Ademas, provocan conflicto sobre el almacenamiento de maletas y dificultades a pasajeros discapacitados, dice la Asociación de Asistentes de Vuelo.

La salud y la seguridad de los pasajeros es, por supuesto, el punto central de la autoridad reguladora de la FAA, sin embargo, no se ha ocupado de la situación de los asientos, y como en el caso de la certificación del avión 737, dice el artículo, la agencia permite a las aerolíneas realizar sus propias pruebas y usar simulaciones por computadora en lugar de humanos reales.