El impacto de estas tecnologías podría ser aún más significativo fuera de Estados Unidos hacia finales de siglo, a medida que los costos se reduzcan.
Redacción Negocios Now
La ley climática histórica impulsada por el presidente Joe Biden no solo está acelerando las industrias solares, eólicas y de vehículos eléctricos en Estados Unidos a corto plazo, sino que también está sentando las bases para que tecnologías emergentes ayuden a reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero en las próximas décadas.
De acuerdo con un análisis publicado por la empresa de investigación Rhodium Group, impulsado por las disposiciones de la Ley de Reducción de la Inflación, tres tecnologías emergentes: el combustible sostenible para la aviación, el hidrógeno limpio y la captura directa de carbono del aire, podrían reducir las emisiones en un rango de 99 a 193 millones de toneladas métricas al año después de 2030. Esto equivale a las emisiones de carbono de Virginia o Pensilvania en 2020.
El impacto de estas tecnologías podría ser aún más significativo fuera de Estados Unidos hacia finales de siglo, a medida que los costos se reduzcan. Según el informe de Rhodium, entre 2080 y 2100, los incentivos podrían impulsar una reducción anual promedio de entre 401 y 847 millones de toneladas métricas de CO2 en el resto del mundo. Esto se considera “equivalente al impacto” de la Ley de Reducción de la Inflación en 2030. Rhodium estima que esta ley reducirá 660 millones de toneladas métricas de emisiones de carbono en 2030.
Aún en etapas tempranas
El análisis de Rhodium también revela que por cada tonelada de CO2 evitada en Estados Unidos gracias a los incentivos de la ley, se podrían reducir entre 2.4 y 2.9 toneladas de emisiones en el resto del mundo.
Es importante destacar que estas tecnologías analizadas en el modelo aún están en etapas tempranas y no están listas para ser implementadas a gran escala. Están siendo desarrolladas para industrias como el transporte marítimo y la aviación, que son difíciles de descarbonizar debido a su limitada capacidad de electrificación. El análisis asume que estas tecnologías emergentes estarán listas para su despliegue masivo después de 2030.
Entre los incentivos de la ley climática en fase inicial, se encuentran mejoras en los créditos fiscales para la captura directa de carbono del aire y el hidrógeno limpio. Estos aspectos de la ley han recibido menos atención que las tecnologías más maduras, pero desempeñan un papel crucial en la reducción de las emisiones globales.
Invertir a tiempo en tecnologías clave
Rhodium Group espera utilizar este marco analítico para demostrar a los responsables de la formulación de políticas la necesidad de invertir en el desarrollo futuro de estas tecnologías. La socia de Rhodium, Kate Larsen, menciona el caso de la energía solar a principios de la década de 2000 como un ejemplo de la importancia de invertir a tiempo en tecnologías clave.
A diferencia de otros estudios que se centran en metas a corto plazo como 2030 o 2050, este análisis destaca la importancia de anticiparse y prepararse para el período entre 2030 y 2050, ya que será crucial para lograr una reducción significativa de emisiones en ese lapso.
En resumen, la ley climática de Biden está allanando el camino para la adopción global de tecnologías verdes emergentes. Estas tecnologías, como el combustible sostenible para la aviación, el hidrógeno limpio y la captura directa de carbono del aire, tienen el potencial de reducir sustancialmente las emisiones y desempeñar un papel crucial en la lucha contra el cambio climático a largo plazo.
