Redacción Negocios Now
La Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) informó que los proveedores municipales de agua potable en Estados Unidos deberán reducir, a niveles cercanos al cero, seis sustancias químicas permanentes en el líquido de consumo humano relacionados con el cáncer y otros problemas de salud.
En conferencia de prensa, la agencia anunció nuevas normas para el manejo de agua potable con el fin de limitar una clase de químicos artificiales que se conocen como PFAS (sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas), las cuales se utilizan desde la década de 1940.
La EPA estima que se encuentren niveles excesivos de PFAS en alrededor del 6 % al 10 % de los sistemas de agua, lo que afectaría a un aproximado de 100 millones de personas en el país. La disposición significa monitorear los seis químicos y eliminarlos, si se encuentran por encima de niveles permitidos.
Los beneficios de eliminar estas sustancias igualarán, si no es que superarán, el costo, en términos de menos cáncer y menos ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y complicaciones en el parto en la población afectada, aseguró la agencia.
Las PFAS se utilizan para impermeabilizar y proteger contra manchas productos como ropa, maquillaje, muebles, espuma contra incendios, semiconductores. Tienen fuertes enlaces moleculares que no se rompen durante mucho tiempo, por lo que se les conoce como “químicos eternos”.
Estas sustancias se fabrican por varias empresas, incluidas Dupont y 3M. Es la primera vez que la agencia establece límites federales aplicables a las PFAS en el agua potable, aun cuando la exposición a esos químicos se ha relacionado con daños inmunológicos y en el desarrollo de los niños.
El administrador de la EPA, Michael Regan, dijo que, si bien esos químicos son importantes para ciertas industrias y usos de consumidores, hay pruebas de efectos nocivos para la salud. “La exposición prolongada a ciertos tipos de PFAS se relaciona con enfermedades, como cáncer, daño hepático y colesterol alto”.
Los sistemas públicos de agua tendrán cinco años para abordar el problema con estos químicos: tres años para tomar muestras de sus sistemas y establecer los niveles existentes de PFAS, y dos años adicionales para instalar tecnologías de tratamiento de agua, si sus niveles son demasiado altos.
La agencia estima que a las empresas de agua les costará $1,500 millones de dólares al año cumplir con la regulación, mientras las PFAS sigan apareciendo en el agua potable. Los costos no son sólo por una muestra única y la aplicación del tratamiento, incluye el monitoreo y mantenimiento continuo de los equipos.
La agencia anunció que habrá mil millones de dólares en subvenciones para ayudar a los sistemas de agua y a los propietarios de pozos privados a realizar pruebas y tratamientos iniciales, como parte de un paquete de financiación de 9 mil millones para la eliminación de PFAS.
Las empresas que fabricaron estos productos químicos también se enfrentan a una demanda colectiva por más de $10,000 millones de dólares, dinero que se destinará a los sistemas públicos de agua para eliminar los PFAS, informó Regan.