Por Clemente Nicado, Publisher y Editor Jefe de Negocios Now
Las cifras que arroja el nuevo estudio de DePaul University en conjunto con la Cámara de Comercio de Illinois (IHCC) no tienen desperdicios.
El reporte, denominado El Estado de los Negocios de dueños hispanos en Illinois: el potencial económico y de creación de empleos sin explorar, resulta una radiografía actualizada para conocer donde están las empresas latinas y cuáles son su potencial.
Como ha sido la tendencia de los últimos lustros, el crecimiento de los negocios hispanos en Illinois continúa nos sigue dejando boquiabiertos, al alcanzar un estimado de 70,000 como resultado de un incremento del 43 por ciento en comparación con el quinquenio anterior de 2002 al 2007, cuando se registraron $56,567.
El estimado del estudio parece consistente con la tendencia de crecimiento, pero eso no deja de ser sorprendente y muestra, una vez más, la fibra emprendedora de la comunidad hispana que crece a pesar en medio de un lustro de crisis cíclicas que metió al país en una recesión profunda.
El impacto en la economía estatal también es digno de aplausos. Los negocios en manos de latinos emplean más de 100,000 personas y generan 15 mil millones anuales en ingresos.
Sin embargo, el estudio también enciende luces de alarma y muestra que esas cifras alegres están lejos del potencial de este segmento de la comunidad latina.
El reporte muestra que las empresas latinas ganan menos que el resto de las compañías en Illinois con un promedio de ingresos anuales de $182,747, en contraste con $1,370.694 de las demás. En material de empleos también se exhibe un rezago escandaloso, al conocerse que los negocios hispanos emplean un 50 por ciento menos de personal que otros en Illinois.
Estas últimas cifras son decepcionantes, si se tiene en cuenta que los latinos alcanzan los 2.1 millones de habitantes en Illinois representando el 16.3 por ciento de la población.
Cuando se le preguntó a Omar Duque, presidente y CEO de IHCC, en un panel celebrado recientemente en Union League, que dijera en brevemente lo que necesitaba la comunidad hispana para aprovechar su potencial, no vaciló en mencionar una palabra: educación.
Y al habla de educación no siempre se traduce en tener una carrera en administración de empresas o maestría en negocio, sino en aprender elementos básicos y habilidades sin las cuales no puede avanzarse adecuadamente hacia el éxito empresarial, especialmente en una época en la cual la tecnología y el llamado social media transforman el modo de tradicional de hacer negocios.
Abrir un negocio y echarle ganas, por sí solos, no siempre conducen al éxito. En este siglo XXI es necesario elevar la estatura profesional y educarse al máximo posible para subir hasta el último piso de su sueño empresarial.