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Niños con más tiempo afuera son adultos más felices

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Los niños que pasan más tiempo en la naturaleza pueden ser menos propensos a desarrollar diversos trastornos psiquiátricos en la edad adulta, asegura un estudio de la Universidad de Aarhus en Dinamarca.

La investigación científica confirma el conocimiento general de que jugar al aire libre es bueno para la felicidad y el desarrollo general de los niños, pero también muestra que tener más “espacio verde acumulativo” mientras crecen se asocia con un “menor riesgo de un amplio espectro de trastornos psiquiátricos más adelante en la vida”.

Si bien, existen otros factores que afectan la salud mental, incluidos los antecedentes familiares y las predisposiciones genéticas a ciertas afecciones, el objetivo de este estudio es reforzar la idea de que el “espacio verde” es bueno para los niños, e integrar entornos naturales en áreas urbanas también ha demostrado beneficios.

El hecho es que los niños actuales no pasan tanto tiempo afuera como en otros tiempos. Una encuesta de 2016 del National Trust del Reino Unido mostró que el niño promedio pasa un poco más de cuatro horas a la semana disfrutando de la naturaleza, en comparación con las 8.2 horas que sus padres registraban cuando eran pequeños.

Esto se puede atribuir a los ocupados horarios de los adultos y al aumento de la tecnología, pero eso no cambia que los hijos no reciben mucho aire fresco y sol. El estudio sugiere a los padres formas de cambiar la situación de encierro de los niños. Como ejemplo existe 1000 Homes Outside, una comunidad en línea, basada en Michigan, que alienta a las familias a pasar mil horas al año al aire libre.

El sitio expone que en un mundo ideal los niños deben estar en contacto con la naturaleza de cuatro a seis horas al día. Sin embargo, debido a la dificultad para cumplirlo, al menos se debe garantizar que sean “cuatro a seis horas tres o cuatro veces a la semana, con un poco más en los meses más agradables y un poco menos en los peores”.

Hay muchas pruebas que sugieren que el juego al aire libre no estructurado es clave para el desarrollo de un niño, y tenemos la mentalidad de que cada poquito cuenta, pero cuando los niños pueden pasar más tiempo al aire libre, los beneficios son aún mayores, debido a que los pequeños se pierden en el rico entorno sensorial que la naturaleza siempre ofrece, desarrollando su imaginación.

La naturaleza también proporciona el lugar perfecto para que los niños y los padres estén activos y exploren el mundo que los rodea. No siempre es posible salir y jugar, pero cuando hace buen tiempo y se puede dedicar a la familia, es una buena y asequible forma de involucrar a los pequeños y sus mentes en desarrollo.