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Hay un lado positivo en el divorcio

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Las leyes que facilitan el divorcio pueden tener un efecto positivo en la sociedad, la economía, y mejorar el bienestar de los miembros de un hogar, incluso para las parejas que no se divorcian, concluye una nueva investigación publicada por la Oficina del Censo.

El divorcio ya no es como lo pintan, con un efecto negativo, de hogares rotos e hijos dañados emocionalmente, y aunque puede ser una  experiencia difícil, que conduzca a desfavorables niveles de bienestar, las leyes en la materia logran compensar esta situación.

Cuando las leyes hacen más fácil y rápido el divorcio hay poco efecto en el aumento de divorciados a largo plazo, y se redistribuyen recursos a los más vulnerables en las familias. Algunos efectos positivos son: alza de 9% en matrimonios; baja de 8% a 16% en suicidios femeninos y de 30% en violencia doméstica.

El diseño de la ley y la forma en que la aplican gobiernos locales trae grandes efectos beneficiando a las mujeres: aumentan su tiempo libre, empiezan a trabajar -hasta 7% más- fuera de casa, y se reduce el tiempo dedicado a tareas domésticas, eso eleva su influencia económica al generar ingresos que controlan en el hogar.

La investigación del censo estadounidense muestra que cuando las leyes familiares cambian los derechos de propiedad y proporcionan pagos directamente a las mujeres al divorciarse, las esposas invierten más en educación y ropa de sus hijos.

El diseño de las leyes también puede mejorar el bienestar de todos los miembros de la familia al ayudar a reducir la violencia o el estrés asociados con la lucha intra-matrimonial. Hacer el divorcio más fácil reduce los costos asociados con dejar un matrimonio abusivo o infeliz.

Además, los tribunales de familia redistribuyen recursos obtenidos en el matrimonio, y a veces antes, por lo que las mujeres tienen más que ganar. Una posible pensión alimenticia onerosa, manutención infantil y otras compensaciones aumentan el poder de negociación de las esposas cuando tienen la opción de divorciarse.

Estas leyes pueden influir en una sociedad en la cantidad y el género de los niños que hay dentro del matrimonio, y contar con la garantía de una generosa compensación financiera en caso de divorcio  reduce el riesgo de abandonar el mercado laboral para tener hijos.

Cualquier cambio en la ley de divorcio que altere el bienestar financiero de las mujeres divorciadas y sus hijos también afectará el bienestar de las personas en familias que no se disuelven, lo que no se debe ignorar al diseñar políticas sociales y económicas efectivas, dice.