Redacción Negocios Now
La incómoda rutina de quitarse los zapatos para pasar el escaneo en los aeropuertos de Estados Unidos ha llegado a su fin. La Administración de Seguridad del Transporte (TSA, por sus siglas en inglés) anunció que, a partir de ahora, los viajeros ya no tendrán que descalzarse al pasar por los controles de seguridad.
Vigente desde 2006, la medida ha sido eliminada, según informó la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem. Eso sí, aclaró que “seguiremos aplicando múltiples capas de revisión y control de identidad”.
Noem aseguró que la decisión busca mejorar la experiencia del pasajero sin comprometer la seguridad. No obstante, advirtió que en algunos casos específicos aún se podría solicitar que los pasajeros se quiten los zapatos, si se considera necesario.
Aunque esta flexibilización se centra en el calzado, otras medidas como quitarse el cinturón o el abrigo, sacar computadoras portátiles y líquidos del equipaje, siguen vigentes. Sin embargo, la secretaria indicó que también se están revisando estas reglas como parte de nuevos programas piloto que podrían implementarse en los próximos seis a nueve meses. Entre ellos, uno que permitiría a los pasajeros pasar por el control sin tener que interactuar directamente con agentes de seguridad.
La decisión es posible gracias a los avances tecnológicos y a un enfoque más sofisticado de seguridad por niveles, que incluye el uso de nuevos escáneres, tecnologías biométricas, mayor presencia de agentes y la implementación progresiva del programa REAL ID.
Algunos aeropuertos, como los de Cincinnati, Filadelfia y Piedmont Triad en Carolina del Norte, ya se habían adelantado a aplicar esta medida días antes del anuncio oficial.
El requisito de quitarse los zapatos surgió en respuesta a un intento de atentado ocurrido en 2001, cuando el británico Richard Reid trató de detonar explosivos ocultos en su calzado durante un vuelo de American Airlines. Desde entonces, se convirtió en un protocolo obligatorio en los controles de seguridad.
El programa PreCheck, que permite a los pasajeros frecuentes evitar ciertas medidas como quitarse los zapatos, seguirá activo. Aquellos inscritos seguirán teniendo beneficios adicionales, como no tener que quitarse el cinturón o sacar objetos de sus bolsos.
Con este cambio, la TSA marca un paso importante hacia controles de seguridad más eficientes y menos invasivos, apostando por la tecnología y un enfoque más personalizado para proteger a los viajeros.