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Un pan lleno de Gloria

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Gloria Canchola

 

Bailar en la danza de las panaderías no sólo es una apuesta arriesgada en Estados Unidos, sino prácticamente en todo el mundo.

Pero Gloria Canchola es hoy una mujer de éxito luego de imponerse ante los desafíos que le supuso hacerse cargo en calidad de propietaria de Panadería Coral,  anteriormente Coral Bakery.

Sus padres, José y María Terriquez, compraron la panadería en 1980 y continuaron sirviendo los pasteles tradicionales que se vendían en ese momento para los clientes bohemios y polacos que eran la mayoría en el área e introdujeron lentamente el pan dulce mexicano, el primero de ellos la concha.

Después de que la salud de su padre José comenzó a disminuir tras diagnosticarle cáncer de páncreas, Gloria y su esposo Salvador decidieron comprar la panadería a sus padres en mayo de 2005. Al hacerse cargo del negocio familiar, la pareja comenzó a vender también café y tamales en una ampliaciòn del menú..

Tampoco fue que Gloria Canchola y su esposo arribaran al ámbito de los negocios como caídos del cielo.  Antes de hacerse de Panadería Coral, comenzaron en 1998 en la compañía de transporte de carga S.N.G. Camiones, en la cual actualmente es su vicepresidenta.

Panadería Coral es una de las pocas empresas que ha pasado la prueba del tiempo en Little Village, donde Gloria espera continuar haciendo crecer su negocio en la comunidad en la que creció y ama.