Redacción Negocios Now
El nuevo presidente de Estados Unidos, Donald Trump, expresó que asegurar la frontera y deportar a los inmigrantes ilegales será primordial en su gobierno, al declarar “emergencia nacional en la frontera suroeste”.
En su primer discurso a la nación por su segundo mandato no consecutivo, advirtió que se detendrá inmediatamente toda entrada ilegal y se iniciará “el proceso de devolver a millones de extranjeros criminales a los lugares de donde vinieron”.
Aseguró que en la administración Biden “se permitió que millones de personas cruzaran nuestras fronteras desde cárceles, prisiones, instituciones mentales, asilos de locos, miembros de pandillas…, a través de una política de fronteras abiertas”.
Más tarde firmó varias órdenes ejecutivas para implementar medidas de seguridad fronteriza con el fin de “proteger a Estados Unidos de una invasión”. La primera de ellas fue para “garantizar la protección de los estados contra la invasión en la frontera sur”, facilitándoles autonomía y apoyo federal.
Otra orden protege al país de terroristas extranjeros al calificar grupos criminales transnacionales como Organizaciones Terroristas Extranjeras y Terroristas Globales. Entre ellos están los cárteles mexicanos, la pandilla carcelaria venezolana el Tren de Aragua y la salvadoreña MS-13.
Las acciones también empoderan a las fuerzas del orden para proteger a los estadunidenses, permitiéndole a los agentes de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y de Protección fronteriza (CBP) realizar arrestos en iglesias, escuelas y hospitales, antes consideradas “áreas protegidas”.
La medida asegura que “los criminales ya no podrán esconderse en las escuelas e iglesias para evitar ser arrestados. No se atarán las manos de nuestras fuerzas del orden, las que usarán el sentido común”. Dichas acciones respaldarán las deportaciones masivas que ya implementa el zar de la frontera Tom Homan.
También se cancelaron más de una docena de programas de libertad condicional humanitaria, creados por la administración Biden, “que dio lugar a la entrada de millones de extranjeros considerados inadmisibles según la ley”, y se regresó al proceso de caso por caso que dicta la ley federal de inmigración.
Entre ellos se canceló, por segunda vez, la política de la era Obama que detenía a los que cruzaban la frontera ilegalmente y los liberaba en el país en lugar de procesarlos para su deportación. En su primer mandato Trump canceló esta práctica y Biden la restableció.
Trump ordenó “medidas enérgicas contra los santuarios criminales”. Se identificaron más de 200 y ya se les notificó que deben cumplir con la ley federal o enfrentar un proceso penal. El Departamento de Justicia “tomará acciones contra políticas que incumplen con las leyes en ciudades santuario”, dijo.
Reinstaló la política que creó en su primer mandato: “Quédate en Mexico”, oficialmente conocida como Protocolos de Protección al Migrante (MPP), la cual establece que los solicitantes de asilo esperen fuera de los Estados Unidos, en el país vecino, mientras se procesan sus solicitudes.
Trump suspendió el programa de reasentamiento de refugiados a través del cual comunidades de todo el país recibieron grandes cantidades de ciudadanos extranjeros ilegales, lo que impactó en la delincuencia y agotó los recursos locales, según la orden.
Ordenó al Departamento de Seguridad Nacional y otras agencias que mejoraran los procesos de investigación de antecedentes, debido a que durante la administración Biden los que cruzaban la frontera ilegalmente eran trasladados al país en avión sin ser investigados.
Al Secretario de Defensa pidió que desarrolle un plan de comando unificado, que supervise la seguridad fronteriza y despliegue personal federal adicional, incluida la Guardia Nacional, para tomar el control operativo de la frontera sur como lo hizo en su primer mandato.
Como parte de la declaratoria de Emergencia Nacional que decretó, mil 500 elementos del Departamento de Defensa se desplazaron a la frontera para unirse a otros 2 mil 200 ya establecidos para fortalecer la vigilancia en la zona limítrofe. De ellos, 500 de la Marina levantarán barreras móviles en la frontera y 1,000 se unirán al ICE.
Instruyó al Departamento de Justicia para que solicitara la pena de muerte de los que cruzan la frontera ilegalmente y matan a ciudadanos estadounidenses, incluidos los agentes del orden, y emitió una orden que aclara la definición de ciudadanía por derecho de nacimiento en la 14ª Enmienda.
Trump también ordenó a las agencias federales que terminen de construir el muro fronterizo a lo largo de la frontera suroeste, completando un proyecto que comenzó en su primer mandato, pero que Biden lo detuvo en su primer día en el cargo.
El Departamento de Seguridad Nacional comenzó a implementar las órdenes ejecutivas firmadas por Trump el mismo día, en respuesta a más de 14 millones de cruces fronterizos ilegales y a millones de personas candidatas a la deportación que siguen viviendo en libertad en el país, incluyendo delincuentes violentos, según informó.