Redacción Negocios Now
El presidente Donald Trump anunció una pausa de 90 días en los aranceles recíprocos que afectaban a más de 75 países, con excepción de China, cuyas importaciones enfrentarán un aumento de tarifas del 104 al 125 %. El anuncio, hecho a través de Truth Social, se produjo pocas horas después de que pidiera a todos que se calmaran, en un contexto de alta volatilidad económica.
Trump justificó la pausa al decir que percibió nerviosismo entre los inversores y un ambiente inestable en los mercados financieros, especialmente en el mercado de bonos. Aseguró que su intención es alcanzar acuerdos justos para todos, incluidos países como China, con quienes, según afirmó, se mantiene una línea de comunicación abierta. También dijo que muchos países se han acercado con interés en negociar nuevos términos.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, respaldó la decisión y afirmó que era parte de la estrategia desde el principio. Dijo que la pausa permitirá tiempo para negociar mejores acuerdos y negó que el retroceso fuera resultado directo de la caída de los mercados, aunque reconoció que varias delegaciones han acudido a la Casa Blanca para iniciar conversaciones. Peter Navarro, asesor comercial de Trump, insistió en que no se trata de un cambio de rumbo, sino de una confirmación del poder de negociación que otorgan las amenazas arancelarias.
En Wall Street, la reacción fue inmediata y positiva. El índice Dow Jones subió 2.963 puntos, un aumento del 7,87 %, mientras que el S&P 500 subió un 9,51 % y el Nasdaq, con fuerte presencia tecnológica, se disparó un 12,16 %. Los efectos también se sintieron en Asia: el Nikkei 225 japonés subió un 8 %; el Kospi surcoreano, un 5 %, y el ASX 200 australiano, también un 5 %, reflejando el alivio de los mercados por la suspensión temporal de los gravámenes.
China, sin embargo, quedó excluida de la tregua. El Gobierno chino condenó la medida, calificándola de arbitraria y autoritaria, y aseguró que tomará medidas firmes para proteger sus intereses. Japón, por su parte, dio la bienvenida a la suspensión, pero insistió en la necesidad de revisar los aranceles existentes sobre productos como acero, aluminio y automóviles.
En el Congreso, los senadores republicanos celebraron la decisión durante un almuerzo partidario, mientras que desde la oposición, el líder demócrata Chuck Schumer interpretó la pausa como una señal de retroceso ante la presión del mercado y de la opinión pública.
Bernie Sanders criticó que las decisiones de Trump han desconcertado a los aliados tradicionales, recordando que Estados Unidos ha construido su liderazgo en cooperación con países como Canadá, México, el Reino Unido y Francia. Dijo que ahora muchos se preguntan qué está pasando con Estados Unidos y que esto daña la reputación del país.
Algunos analistas consideran que la medida es positiva, pero no suficiente. Joe Brusuelas, economista jefe de RSM US, dijo a CNN que los cambios no bastan para disipar el riesgo de una recesión. Economistas de Goldman Sachs proyectaron una probabilidad del 45 % de recesión en los próximos 12 meses.
Ed Mills, de Raymond James, señaló a la misma cadena que el giro en la política comercial refleja que la estrategia inicial no fue completamente evaluada y que los cambios continuos solo agravan la incertidumbre para las empresas. Según Mills, a pesar del alivio en los mercados, el arancel universal del 10 %, el nuevo 125 % a China y los gravámenes sectoriales siguen siendo una amenaza para la estabilidad económica.