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Todo por un sueño

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José Gutiérrez

 

La Villita significa un antes y un después para José Gutiérrez. A este barrio llegó hace 20 años sin saber leer y escribir, y hoy es todo un empresario en pleno crecimiento.  Arribó a Chicago el 21 de marzo de 2000 después de pasar una semana en el desierto. Como muchos, lavó platos en restaurantes e hizo todo lo que decentemente pudo para sobrevivir, hasta que encontró trabajo estable en La Orquídea, un negocio de ventas de flores en el barrio que más tarde le cambiaría su vida.

Tampoco fue un hecho fortuito. Antes de su arribo a Estados Unidos, Gutiérrez trabajaba en una florería en su natal Michoacán y, en realidad, se involucró en esta esfera desde los 15 años, haciendo mandados que le daban en el local de ventas.

En 2002 compró La Orquídea a la señora que lo empleaba y a quien le pagó a plazo durante 20 meses. Hoy es un hombre de negocios bien afincando en Chicago, donde se dedica a la organización de eventos, que van desde bodas, 15 años y sociales en el ramo de Great Partner que se ocupa de todo, incluida la comida.

Pero Gutiérrez es un hombre de muchas ideas emprendedoras y en paralelo. A su regreso de una visita en México, decidió abrir una tienda de ropa donde se manejan vestidos de bautizos, primera comunión de bautismo y presentación. Así se fueron consolidando tres negocios, La Orquídea Catering, Creaciones La Orquídea y Florería La Orquídea.

Otro hombre de negocios de éxito que se siente honrado de mantenerse en La Villita por todo lo que le ha dado en la vida, incluyendo el bienestar de su familia y amigos.

Qué importan los obstáculos. José aprendió a leer y escribir en Chicago, echó toneladas de sacrificio y hoy la vida le sonríe en todos los aspectos. Ahora, apenas con 40 años de edad, es un símbolo de una nueva generación de emprendedores con un futuro promisorio y fiel a su barrio. Porque muchos al ver su éxito, le han sugerido trasladar La Orquídea a otro lugar.  Pero esa idea está muy lejos de José. La Villita es como su casa.