Brazaletes, láseres, y cámaras térmicas integran la tecnología para combatir el contagio de coronavirus en los centros de trabajo de países de Europa, que ya reabrieron su economía y están probando la eficiencia de diversos dispositivos en la nueva era de seguridad sanitaria mundial.
A medida que los europeos regresan a sus actividades, su vida cotidiana se modifica con las nuevas normas de protección sanitaria que suman tecnología en bancos, oficinas, centros comerciales y de entretenimiento, fábricas, clubes deportivos y aeropuertos, con la instalación de cámaras térmicas, sistemas de detección de cubre-bocas, y software de seguimiento, entre otros, para evitar un resurgimiento del coronavirus.
Reportes de prensa dan cuenta de la instalación de tecnologías de vigilancia y monitorización en empresas, oficinas públicas y centros de diversión en Europa, muchos de ellos son sistemas que empezaron a formar parte de la vida diaria en Asia, como el reconocimiento facial masivo en China y mecanismos de seguimiento de la infección en Corea del Sur.
Por ejemplo, las empresas ya utilizan el brazalete Romware Covid Radius, el cual emite un sonido cada vez que un trabajador irrumpe dentro del perímetro de otro trabajador que también usa ese dispositivo. Mientras que empleados de oficinas checan al llegar su temperatura con cámaras térmicas, hay láseres invisibles para monitorear multitudes, y dispositivos de rastreo de infecciones.
Los proveedores de estas tecnologías las promocionan como una forma segura de hacer que la gente vuelva al lugar de trabajo, reactivando economías paralizadas por los confinamientos. Muchas empresas reconocen que los sistemas no son infalibles, pero valoran que con su implementación el riesgo de infección puede ser limitado.
Lo novedoso e inesperado de su uso mantiene a estas tecnologías en observación y mejoramiento. Es el caso de los productores de brazaletes, como la empresa Rombit con sede en Holanda, que prevén mejorar la funcionalidad de esos dispositivos, que pesan 100 gramos, agregando el rastreo médico para dar seguimiento a una posible propagación del virus.
Otro ejemplo es la empresa polaca Estimote que está vendiendo tecnología de distanciamiento social a fábricas, centros de investigación y hospitales, la cual incluye rastreo de contactos de cualquier persona infectada. Los dispositivos zumban cuando un trabajador ha pasado demasiado tiempo cerca de un colega, y si tiene síntomas de coronavirus realiza un rastreo automático de todas las personas con las que ha estado en contacto.
Hay también tecnología de detección de protectores faciales para acceder a centros de trabajo sin establecer contacto físico; láseres para asegurar el distanciamiento social y monitorear flujos de personas, y cámaras que miden simultáneamente la temperatura y comprueban el uso de protector facial, entre otras.
Una encuesta de la firma PricewaterhouseCoope indica que cerca del 23% de las empresas a nivel mundial están considerando hacer seguimientos del brote de coronavirus en el lugar de trabajo o el rastreo de contactos para la transición en la reapertura. La propia PwC está probando herramientas de rastreo de contactos en su oficina de Shanghai. NN