Así se hizo llamar para tener éxito en su empresa de baile, y ahora terminó siendo su nombre oficial.
=Por Clemente Nicado, Editor-
Su nombre de nacimiento es Lisa Marie O’Brien, hija de padre irlandés y madre puertorriqueña. Cuando se casó, adoptó el apellido de su esposo, Meneses; pero antes de contraer matrimonio ya muchos en Chicago la conocían como Lisa “La Boriqua”, la dueña de Latin Street Dancing.
Empezó el negocio con su nombre original, O’Brien, pero pronto se dio cuenta que era un mal pasillo en sus sueños empresariales.
“En realidad, mi rostro es más parecido a una irlandesa que a una boricua. Cuando los clientes me veían, especialmente anglosajones, quedaban asombrados de “ver a una gringa bailar salsa”, recuerda entre risas.
Para entonces algunos llegaron preguntarse “por qué una americana tenía tanto interés en la salsa y la cultura puertorriqueña”, y parecían estar aún más confundidos cuando la escuchaban hablar español y, sobre todo, bailar salsa como una “latina”.
“Escuchaba a quienes me conocían decir bajito a clientes incrédulos que yo no era una americana, que no era gringa, sino boricua, sonríe”. Lisa nació en Chicago abrigada con la cultura del borinque, escuchando al Gran Combo y otros grandes de la salsa en el ambiente cultural puertorriqueño. Esa convivencia tocó mágicamente su alma de bailadora.
Hábilmente, buscó un ‘apellido’ que despejara toda duda respecto a su origen puertorriqueño. Así llegó a su mente la palabra “Boriqua, escrita con “q” en lugar de “c”, para que pudiera ser encontrada con facilidad en los buscadores de Internet.
Resuelto este detalle semántico del apellido, Lisa La Boriqua le puso música y movimiento a su sueño empresarial. Porque si de algo no hay dudas es de su destreza para el baile, la pasión de su vida, la misma que hizo de Latin Street Dancing una compañía próspera y de fama en toda la ciudad.
El divorcio terminó con 20 años de carrera, pero no con lo que considera el nombre que tiene identidad propia.
Y Lisa lo ilustra con una anécdota graciosa: “Me llamaron de un banco para comprobar mi identidad. Tenía que responder que me llamaba Lisa Meneses, pero la mujer seguía dudando. Cuando le pregunté si conocía a Lisa La Boriqua, enseguida cambió su tono de voz, estaba entusiasmada. Fue cuando me di cuenta que ese nombre llegó para quedarse en mi vida”.
Una vez firmado el divorcio, subió a otro piso del edificio de la Corte y en menos de una hora aplicó para cambiar su nombre y en 8 semanas ya era, oficialmente, Lisa “La Boriqua”, con comillas, el nombre que aparece ahora en su licencia de conducir, su seguro social y el título de propiedad de su casa.
“Vivo orgullosa de mi nombre. No quiero ser la persona que no soy. Lisa con otro apellido, suena como algo falso, alguien que no soy yo. Me encanta que la gente me llamen Lisa La Boriqua y, a veces hasta mueven el cuerpo como si estuvieran bailando”, dice sin dejar de reír.
Cerrado el capítulo de Latin Street y aliviada de vivir -oficialmente- con el nuevo nombre, Lisa se dedica ahora a hacer préstamos hipotecarios bajo la firma BBMC Mortgage, un mundo en el que da sus primeros pasos con la misma fascinación de los días en que aprendió a bailar música salsa.
Una vida de 20 años sobre las pistas de baile no se borra de un día para otro. Lisa cura esa nostalgia aceptando invitaciones como instructora al “Chicago Summer Dance” de la ciudad o a bailar en eventos especiales, como la apertura de un nuevo negocio.
No se asombre si en su página de BBMC Mortgage encuentra la frase “Bailando y Financiando”, es el puente entre lo que fue su vida de dos décadas y su nuevo rol de financiera hipotecaria.
“Es una nueva etapa en mi vida, pero mi pasión por el baile y me afán de ayudar a la comunidad, se mantienen intactos”, dijo.