Redacción Negocios Now
En 2024, el comercio electrónico alcanzó un valor de 26.8 billones de dólares, y se proyecta que escale hasta los 214.5 billones para 2033, lo que representa una tasa de crecimiento anual compuesta del 25.83 % entre este año y la fecha tope estipulada, según un informe del grupo de análisis de mercado IMARC.
Este crecimiento se ha visto impulsado por el cambio de hábitos de consumo post-pandemia, con más personas optando por las compras en línea. Pero detrás de las cifras récord, los vendedores enfrentan una realidad cada vez más compleja: costos crecientes, márgenes ajustados y un entorno comercial global inestable. Básicamente, los nuevos aranceles impuestos a China por la Administración Trump están poniendo a prueba a muchas de estas pequeñas tiendas.
Frente a estas presiones, los vendedores buscan adaptarse. Algunos han trasladado parte de su producción a países como India, Vietnam, Tailandia o Turquía, beneficiándose de una pausa temporal de 90 días en los aranceles recíprocos. Sin embargo, muchos comerciantes reconocen que ningún país puede sustituir al gigante asiático en términos de variedad de productos, calidad y cadenas de suministro integradas verticalmente.
Así y todo, muchas marcas están explorando nuevos mercados. Canadá, aunque más pequeño, representa una oportunidad por su menor competencia y ausencia de aranceles chinos. También aumenta el interés por vender en Europa y Japón, mercados importantes de Amazon que no están sujetos a las mismas tarifas que EE. UU.
Según un reporte de Forbes, una de las estrategias más utilizadas para sobrevivir en este entorno es ajustar los precios, pero esto debe hacerse con cautela. Subir los precios de forma brusca puede reducir la demanda y afectar el posicionamiento del vendedor en las plataformas. Para ayudar en estas decisiones, muchos recurren a herramientas de inteligencia artificial de precios, como Profasee, que ayudan a mantener un equilibrio entre competitividad y rentabilidad.