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¿Rentar o comprar el edificio de su negocio? 

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Martín Hernández y Manny Favela tienen una respuesta rápida a este dilema: han comprado 6 de los siete locales de “Burrito Parrilla Mexicana”, una mini cadena de restaurantes mexicanos en suburbios de Chicago en franco crecimiento.
 
Por Flavia Rodríguez
 
 En apariencia, comprar un edificio para abrir tu restaurante, en lugar de rentarlo, parece ser una operación más costosa y arriesgada.
  Así pensó Martín Hernández por muchos años. Incluso, el primer restaurante “Burrito Parrilla Mexicana”, que abrió en 2010 con tremendo éxito en la ciudad de Lombard, opera en un edificio rentado y aún paga la renta del inmueble.
  En definitiva, antes de Burrito Parrilla Mexicana, el empresario ya administraba con su hermano Gerardo un negocio familiar de otros 8 restaurantes bautizados como “Burrito Tapatío” en locales rentados.
 
Dos socios con experiencia
 
Pero el rumbo de simple restaurantero a ser restaurantero-inversionista en bienes y raíces dio un giro cuando se incorporó al negocio Manny Favela, quien fungió como vicepresidente de McDonald’s por 26 años encargado de 2, 200 restaurantes en toda América Latina.
 “Había logrado mucha experiencia con Burritos Tapatíos, pero estaba buscando un proyecto nuevo y le envié un email a Manny para que formara parte del nuevo plan”, comentó Hernández. Le interesó y después de un par de reuniones nació ‘Burrito Parrilla Mexicana’ en Lombard.
  Manny, por su parte, aportó su veteranía en la estrategia de comprar inmuebles para operar restaurantes, después de fungir como alto ejecutivo de McDonald’s donde los dueños de la franquicia compran gran parte de sus inmuebles.
  “A largo plazo, la compra del inmueble siempre es más atractiva, asegura Manny. El problema de los dueños de negocio es que no tienen el capital o el acceso a financiamiento, y la única alternativa es alquilar, agrega.
   “Pero si el capital o préstamo existe siempre la compra traerá más beneficios, aunque los retornos se ven mejor en el alquiler al principio, pero años después se revierte esa tendencia”, asegura.
   Hay otra ventaja – explica- el ser dueño del inmueble del negocio permite que, llegado el momento en que se decide retirarse o venderlo, el propietario puede rentar el inmueble.
  Para Manny se trata de un procedimiento muy común, que mucha gente ha hecho. “Portillo´s, por ejemplo, cuando vendió el negocio solo cedió la operación, pero se quedó con la parte inmobiliaria, y en adición al pago de la venta le quedaron las rentas de todos esos restaurantes por un futuro indefinido”, dijo.
   Los empresarios quieren restaurantes, pero miran el futuro con precaución. “Si por alguna razón decidimos vender algunos de ellos, nos quedaría la parte inmobiliaria, con las rentas de un negocio saludable que pueda continuar por muchos años”, precisó.
  La sociedad entre Manny y Martin parece inmejorable. El primero trae una reputación probada “haciendo matemáticas” de inversión en la cadena de restaurante más grande del mundo, y el segundo, con 30 años de experiencia en restaurantes mexicanos.
     Manny se encarga de los números en la inversión y de automatizar los procesos de operación, mientras que su socio le pone el sazón de su experiencia restaurantera.  Martín comenzó en esta industria mucho antes de emigrar a Estados Unidos en 1988 desde su natal México donde ayudaba a su padre y hermano en un restaurante.
 “Al llegar a Chicago no quería trabajar en lo mismo que había hecho por muchos años, pero entonces lo único que encontraba en la Ciudad como trabajo estable era de empleado de restaurante”, dijo.
  El destino ya estaba sellado y hoy la familia Hernández  – ahora con Manny a bordo- opera un total de 20 restaurantes, que funcionan como una misma empresa a la hora de comprar insumos, procesarlos o compartir una estrategia de negocio.
 
El primero en Naperville
  Después de un año con dificultades, y una vez estabilizado los ingresos de Burrito Parrilla Mexicana, en Lombard, los socios empezaron a buscar la ubicación para el siguiente restaurante. La encontraron en Naperville, en 2012.
  Fue en ese tiempo que se propusieron comprar el inmueble del negocio para no batallar con las rentas.
 La fama conseguida en Lombard, abrió el camino al restaurante de Naperville; hubo buenas ventas, y lanzaron el siguiente restaurante. Hoy operan 7 y fijan la mirada en otros dos establecimientos en Algonquin y Naperville, bajo el mismo concepto: comprar el inmueble. 
  Ser propietarios de los edificios de sus restaurantes les ha dado a estos socios mucha confianza y satisfacción a estos emprendedores.
  “Es bastante positivo saber que tenemos la ubicación como parte del negocio. Significa el control para definir el concepto, el diseño y el mantenimiento. Nos permite tener un negocio más estable porque no hay que batallar con problemas de renta”, dijo.
   ¿Pero al final hay que pagar al banco la hipoteca por la compra del inmueble?  Manny explica que a pesar de esa disyuntiva, la compra sigue siendo la mejor opción.
  “Aunque existe hipoteca esta incluye el pago del capital y del interés, el capital lo vas cubriendo con los pagos y el interés es mucho más barato que el alquiler. Es decir, la compra es mucho más atractiva que el alquiler por costo del interés’, indica.
    Y explica la desventaja de la renta: “Con alquiler el dueño de la propiedad, después que renta vende ese alquiler a un inversionista a precio muy caro. Cuando termina ese periodo vas a estar en riesgo, y el dueño de esa propiedad querrá mucho más renta para justificar su inversión en esa propiedad, arriesgando tu negocio, agregó.