Redacción Negocios Now
El presidente Donald Trump anunció su decisión de suspender la producción de nuevas monedas de un centavo, una medida que ayudará a reducir un gasto innecesario del gobierno federal, según dijo en una publicación en la red Truth Social.
Trump explicó que su decisión de cortar la producción de esta moneda se debe a los altos costos que supone su producción, lo que significaría poner fin al despilfarro, debido a que cada moneda de un centavo cuesta más de dos centavos.
Mencionó que ya dió instrucciones al secretario del Tesoro, Scott Bessent, para que se deje de producir nuevos centavos. “Arranquemos el despilfarro del presupuesto de nuestra gran nación, aunque sea un centavo a centavo”, precisó.
El anuncio causó confusión debido a que corresponde al Congreso autorizar la fabricación de las monedas de la nación, no al Tesoro. Sin embargo, existe la percepción general de que las monedas de un centavo, conocidas como “pennies”, cuestan más de lo que valen.
Durante años, expertos y funcionarios del gobierno han pedido que se elimine la moneda de un centavo, cuyo poder adquisitivo ha disminuido debido a la inflación, incluso cuando sus costos de producción han aumentado, coincidieron reportes periodísticos.
El año pasado producir y distribuir una moneda de un centavo costaba 3,69 centavos, lo que significa que cada penny tuvo una pérdida de 2,69 centavos, de acuerdo al informe de la Casa de Moneda. Se emitieron más de 3,000 millones de monedas de un centavo, con una pérdida de unos $85,3 millones de dólares.
Los pennies, que a menudo se dan como cambio pero raramente se gastan, supusieron más de la mitad de todas las monedas que la Casa de la Moneda produjo en 2024. El año pasado circularon 250 mil millones de monedas de un centavo, es decir, unas 700 por persona.
Producir cada centavo significó un aumento en su costo del 20% en comparación al 2023 y un valor más alto que el mencionado por Trump. Su valor de producción es mayor al valor nominal debido especialmente al costo de materiales usados en el proceso, como el zinc y el cobre.
Pese a una amplia aceptación a eliminar los pennies, existe un grupo opositor llamado Americans for Common Cents, creado en 1990, el cual considera que la eliminación del centavo aumentará la demanda de monedas de mayor denominación, elevando más los costos de producción.
La eliminación de la moneda de un centavo, dice, aumentaría la demanda de monedas de 5 centavos, o nickels, que son aún más caras de producir y distribuir, a 13,78 centavos por moneda. Mientras que la moneda de 10 centavos, o dime, es la más pequeña cuyo valor nominal es superior al costo de producirla.
Los defensores del penny también han argumentado que la eliminación de la moneda impondría de hecho un impuesto de un centavo sobre las ventas a los consumidores, porque los precios que terminan en 99 centavos son muy comunes.
La medida también podría tener efectos inflacionarios, debido a que los comercios se verían obligados a redondear los precios hacia arriba, aseguran los defensores del centavo. Se adoptaría un “impuesto al redondeo” invisible, dicen.
Asimismo, consideran que tendrían efectos en comunidades vulnerables, dado que parte de las ayudas caritativas se van sumando centavo a centavo y muchas compras en ciertas comunidades aún se realizan en efectivo.
“Actualmente, producir una sola moneda de cinco centavos cuesta cerca de 14 centavos -casi tres veces su valor nominal. Sin el centavo, la producción de níquel podría duplicarse, lo que agravaría las pérdidas financieras de la Casa de la Moneda”, sostiene Americans for Common Cents.