Políticas económicas contradictorias de Trump generan incertidumbre

Desde la imposición de aranceles hasta la deportación de trabajadores, sus medidas están causando caos en la industria, el comercio y la inversión.
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Redacción Negocios Now Puede que las empresas estén entusiasmadas con el enfoque de la Administración en los combustibles fósiles, la reducción de impuestos y la desregulación. Sin embargo, la confusión sobre los aranceles, las deportaciones y los recortes federales está generando incertidumbre, según indica un reporte de The Wall Street Journal (WSJ).

Normalmente, un presidente tarda años en dejar su huella en la economía. Donald Trump lo ha logrado en solo unas semanas. Su plan para aumentar los aranceles a Canadá, México y China ha sacudido los mercados y las juntas directivas. Algunas empresas, entretanto, ya ven señales de que las deportaciones podrían afectar su fuerza laboral.

Más de 40,000 empleados federales se están preparando para renunciar, y otros están reconsiderando su futuro bajo la presión de Elon Musk y su Departamento de Eficiencia Gubernamental.

El efecto del llamado “shock Trump”

En lo que ya algunos llaman el “shock Trump”, todo se vuelve más intenso y de mayor alcance, incluso, a nivel internacional. No solo porque EE.UU. es un actor global mucho más grande o porque el presidente está alterando acuerdos comerciales con su política arancelaria, sino porque su estrategia se basa en la incertidumbre radical.

De acuerdo con un reporte de Naked Capitalism, su enfoque, impulsado por la agencia DOGE de Elon Musk, está amenazando la integridad de los contratos y las disposiciones legales a gran escala. Aunque en la práctica los ideales rara vez se cumplen al 100 %, la adhesión a los acuerdos y principios fundamentales son esenciales para el funcionamiento de la economía de mercado.

El caso es que Trump no solo está atacando instituciones enteras, sino que su enfoque de “tierra arrasada” supone una amenaza directa para el comercio. Está ignorando contratos con medidas, como el congelamiento de pagos (temporalmente bloqueado), y su intento de limitar los costos indirectos del NIH y NSF al 15 %.

La posibilidad de que Trump desmantele programas esenciales de los que dependen millones de personas, desde Medicaid y SNAP hasta los intocables Medicare y Seguridad Social, mantiene a muchos en vilo. Incluso, aquellos que no son beneficiarios directos podrían verse afectados a medida que empresas y profesionales que dependen de estos programas enfrenten recortes y cierres, generando efectos en cadena que amplifiquen el impacto inicial.

Y esto sin contar la segunda gran arista de su “revolución económica”: la imposición masiva de aranceles, tal como remarca la misma fuente. Durante su primer mandato, Trump los aplicó de manera limitada, pero ahora planea escalarlos a un nivel que, según advierten ya varias industrias, aumentará la inflación y generará escasez. Un ejemplo alarmante es el impacto previsto sobre los medicamentos y componentes farmacéuticos chinos, un sector clave que podría sufrir graves disrupciones debido a las tarifas de Trump.

Reducción del optimismo empresarial

De acuerdo con el propio texto, desde la toma de posesión de Trump, el optimismo empresarial ha disminuido. El S&P 500 subió un 5 % en los primeros cinco días tras la elección, pero desde entonces se ha mantenido estancado. La Universidad de Michigan reportó que su índice preliminar de confianza del consumidor cayó en febrero. Además, el Wall Street Journal destaca que el repunte de confianza en pequeñas empresas tras las elecciones se revirtió rápidamente.

A todas estas, un índice de incertidumbre basado en artículos de noticias, desarrollado por Nick Bloom de la Universidad de Stanford, ha alcanzado niveles similares a los de la pandemia y la crisis financiera de 2008. La incertidumbre frena la inversión a largo plazo en investigación, desarrollo e infraestructura.

Crisis en la mano de obra inmigrante

Un artículo del Financial Times titulado ‘We’ll all have to go vegan’: Wisconsin dairy farmers fret over immigration crackdown expone la crisis en la industria lechera:

John Rosenow, un granjero de Wisconsin, advierte que, si Trump deporta a todos los inmigrantes indocumentados, los estadounidenses tendrán que cambiar radicalmente su dieta. “Si no hay trabajadores inmigrantes, no hay leche, queso, mantequilla, ni helado. Todos tendremos que volvernos veganos”.

La industria lechera es especialmente vulnerable. Los productores de frutas y verduras pueden contratar trabajadores temporales a través del programa de visas H-2A, pero no existe un sistema similar para las granjas lecheras, que requieren mano de obra durante todo el año.

Hans Breitenmoser, ganadero de Lincoln County, lo pone en términos claros, según el mismo texto: “Si Washington pudiera hacer desaparecer a todos los inmigrantes de un día para otro, tendríamos vacas muertas apilándose en las granjas. La industria colapsaría en 48 horas, porque no habría quién ordeñe las vacas ni quién las sacrifique.”

Aunque no hay señales de que Trump planee deportar específicamente a los trabajadores agrícolas, las redadas de ICE cerca de áreas agrícolas podrían generar pánico, causando que los trabajadores desaparezcan y no se presenten a trabajar. Esto es un desastre evitable, pero nadie parece dispuesto a intervenir.

El Wall Street Journal también reporta una inminente escasez de mano de obra debido a la represión contra los inmigrantes indocumentados. En una encuesta reciente, miembros de la Asociación de Contratistas Generales de América mencionaron la falta de trabajadores como una de sus principales preocupaciones para 2025. En Florida, Georgia, Texas y Oklahoma, algunos empleados ya han dejado de presentarse a trabajar por rumores o miedo a redadas de ICE.