I like to say that business should be linked to nonprofits like a mother’s umbilical cord to her children.
It is these organizations that are the first line in the fight against violence of all kinds and the scourge of drug addiction.
They shelter the homeless, care for the elderly and low-income children, protect immigrants, and provide medical care when people lack health insurance.
It goes without saying that our nonprofits are key to keeping the community, where our businesses are based, healthy and stable.
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These are the same people who buy tortillas in a market, sit down to eat in a restaurant, repair their car in the garage on the corner, or hire the services of accountants, lawyers, or real estate agents.
The idea that entrepreneurs must return to their community what the community does for them is so noble that it does not deserve to be left in a vacuum.
The story of Eddie Garcia (published in this edition), owner of Realty of Chicago, who gives turkeys on the eve of Thanksgiving, is a monument to that maxim.
His gesture is in sharp contrast to the news coming from the tortilla factory El Milagro (The Miracle), a paradigm of fruitful business thanks to the Hispanic community, but the target of protests by allegedly mistreated workers.
Latino entrepreneurs should not wait for a miracle to help our nonprofit organizations and help them with whatever they can.
Once again, Negocios Now contributes to support these organizations with a new edition of “100 Latino Nonprofits” that will be distributed to the tables of those who can help the most: executives of large corporations, businesses, foundations, legislators, and government officials.
True to our editorial line, the current edition also speaks of opportunities for 2022 when this publication will celebrate 15 years of serving its community.
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No hay que esperar un Milagro
Me gusta decir que los negocios deben estar unidos a las nonprofits como el cordón umbilical de una madre a sus hijos.
Son estas organizaciones las que están en la primera línea de lucha contra la violencia de todo tipo y el flagelo de la drogadicción, dan techo a los desamparados, cuidan a ancianos y niños de bajos recursos, protegen a inmigrantes o dan atención médica cuando se carece de un seguro de salud.
Sobra decir que nuestras nonprofits son claves para mantener sana y estable la misma comunidad donde están asentados nuestros negocios.
Se trata de la misma gente que compra tortillas en un mercado, se sienta a comer en un restaurante, repara su auto en el taller de la esquina o contrata los servicios de contadores, abogados o agentes inmobiliarios.
La frase de que los empresarios deben regresar a su comunidad lo que la comunidad hace por ellos es tan noble que no merece quedar en el vacío.
La acción de Eddie Garcia, dueño de Realty of Chicago, de regalar pavos en víspera de ”Thanksgiving” es un monumento a esa máxima.
Su gesto es un vivo contraste con las noticias que llegan de la tortillería El Milagro, un paradigma de fructíferos negocios gracias a la comunidad hispana, pero blanco de protestas por los supuestos maltratados con sus trabajadores.
Los empresarios latinos no debemos esperar por un Milagro para ayudar a nuestras organizaciones sin fines de lucro y ayudarles con lo que puedan.
Una vez más Negocios Now da su aporte a una nueva edición de “100 Latinos Nonprofits” que será distribuida a la mesa de quienes más pueden ayudar: ejecutivos de grandes corporativos, negocios de la ciudad, fundaciones, legisladores y funcionarios del gobierno.
Fiel a nuestra línea editorial, la actual edición también habla de oportunidades de cara al 2022 cuando esta publicación celebrará 15 años de servir a su comunidad.
Editorial de Negocios Now