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Miami: vibrante, latina, inagotable

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 Por Esteban B. Montero

Es sol y mar, glamur y vida silvestre, golf, historia, arte y sabor latino por doquier; es fiesta, diversión, un sitio donde los niños quieren  regresar pronto y los padres apenas ponen resistencia a su reclamo.

Pocos destinos turísticos pueden ofrecer lo que el llamado Greater Miami, con sus numerosos museos, su electrizante vida nocturna, sus parques acuáticos y de diversiones y su gente,  una mezcla de cultura latina y anglosajona que cautiva al más aburrido forastero.

Si usted llega algo estresado por los “pendientes” que dejó atrás, el sube y baja de los ascensores y la frenética vida citadina, aquí encuentra la medicina en un viaje de  crucero que le muestra una vista privilegiada de la ciudad; montano  bicicleta  por  South Beach o visitando algunos de los cientos de clubes y bares que se mueven a ritmo de salsa, hip hop y música de toda Latinoamérica.

Porque se trata, mis amigos,  de la capital latina de los Estados Unidos, donde la nostalgia por los países que muchos de sus habitantes dejaron atrás, suele curarse a golpe de arroz con gandules, cumbia, tango y tostones.

Quizás un viaje no sea suficiente para vivir este destino multifacético con toda la intensidad que se merece.

Usted, por ejemplo, podría subirse a un Aeroboat y adentrarse en el Parque Gator, con su extraordinaria vida silvestre que integran peces y aves exóticas, serpientes, caimanes y tortugas.

Si le encanta el chisme y la farándula, entonces no deje de recorrer  en bote turístico el entorno de  la Isla de la Reina (Queen Island), próximo a la Bahía de Biscayne, y un animador le mostrará las mansiones millonarias de  celebridades.

Una de las atracciones al aire libre más fabulosas es, sin dudas, el Seaquarium de Miami, el hogar de los famosos delfines blanco y las ballenas orca. Es un sitio para disfrutar en familia, pero también para revivir tiempos pasados, pues fue aquí  donde se filmó la célebre serie televisiva del delfin Flipper. Ahora usted o sus hijos pueden nadar con los delfines.

Si gusta del arte, hay para darse un gustazo.  Mire usted. Está el Museo Bass, el Bonnet House Museum, la Costa de Oro Museo del Ferrocarril, el Children´s Museum, el Museo Historico de la Florida y, por favor, no deje de visitar el Museo de Arte Lowe de la Universidad de Miami, con piezas de hasta 5,000 años atrás.

Y para terminar de darse un baño cultural, tome un paseo por el Distrito de Art Deco que abarca una milla cuadrada de edificios que han sido restaurados y lucen igual que siete décadas atrás.

¿Le sobró tiempo para darse una escapadita? Un punto casi obligado en la geografía turística de Miami es la Pequeña Habana, donde se concentra la comunidad cubana con sus comidas típicas, el inconfundible acento isleño y su contagiosa música.  Justo en esta zona  la rumba y la alegría adquieren tintes de gozadera con el famoso Carnaval de la Calle 8, considerado el mayor festival hispano en los Estados Unidos con más de un millón de personas.

En caso de que todo lo anterior no le satisfaga, podría existir algo más apacible para usted. ¿Qué tal si  alquila un bote y contempla desde el agua la belleza del Sur de la Florida o si se mueve a  Coral Gables para avistar manati salvajes, o si quiere ver los que tiene el Seaquarium.

Es posible que usted aterrice en el aeropuerto Internacional de Miami pensando en otro tipo de viaje terapéutico.  Ningún problema. Váyase a pescar. Lo puede hacer en un lugar “secreto” del Downtown, o  mar adentro. La terapia también podrían incluir lecciones de Windsurf, un paseo en kayac o colocarse un Snorkel  para zambullirse al fondo marino y relajarse con  la belleza de los arrecifes coralinos.

Todo eso y más bajo el mismo cielo del Grater Miami. Y usted no podrá tomar el avión de regreso si no piensa en volver a esta ciudad vibrante, inagotable, latina.