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Mario Pérez: Entre niños y retos financieros

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Entrevista con Negocios Now, el Director Ejecutivo del Hogar del Niño pone en perspectiva los desafíos financieros que enfrenta esta organización sin fines de lucro, clave para familias de bajos ingresos en la comunidad.

Redaccion Negocios Now

   La preocupación invadió a Mario Pérez cuando años atrás supo que el Estado de Illinois, sacudido por una severa crisis financiera, recortaría también el financiamiento del Hogar del Niño, la organización que dirige, entre muchas otras agencias sin fines de lucro.

  No era para menos. La institución fundada en 1972 por madres trabajadoras, cuida de 350 niños de familias de muy bajos ingresos y contrata a más de 80 empleados para lo cual requiere de un presupuesto de millones de dólares.

  Pese a un escenario difícil en extremo, El Hogar del Niño sobrevivió. Pero  ¿cómo se pudo lograr? Su Director Ejecutivo responde a la interrogante.

  “Desde que comencé aquí,  estuvo muy claro para mí que la volatilidad  de las finanzas para las organizaciones sin fines de lucro estaba en aumento, explica Mario. Hubo recortes en intervalos hasta que sobrevino la crisis masiva presupuestal donde se congeló por dos años el presupuesto, afectando severamente también a nuestra agencia”.

 La trayectoria de Mario antes de llegar al Hogar del Niño, le ayudó   mucho a encarar situación. Su primer trabajo fue como controlador aéreo para la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, luego trabajó para el gobierno de Colorado como asesor en política. Posteriormente hizo un posgrado en la Universidad de Chicago en Política Pública y al terminar, trabajó como consultor de negocios para IBM por aproximadamente 7 años.

 “Nuestra perspectiva de política gubernamental combinada con la perspectiva empresarial nos permitió tomar decisiones inteligentes que nos ayudaron a sobrevivir a algunos de los recortes de fondos (del Estado)”, dijo.

  Una  decisión dolorosa fue reducir la fuerza de trabajo de la Institución, lo cual se llevó a cabo -dijo- de manera cuidadosa. “Muchos de nuestros colegas tuvieron que cerrar sus puertas”, acotó en referencia a las organizaciones no-lucrativas que dejaron de existir por la crisis estatal.  

El dilema del financiamiento

 

Con todo, el financiamiento de una institución con un presupuesto aproximado de 4.5 millones de dólares, sigue siendo un dilema. Mario menciona tres fuentes de ingresos. El gobierno, la recaudación de fondos y recursos del sector privado. La mayoría de su presupuesto proviene del gobierno.

  “Respecto a la primera opción, trabajamos con funcionarios electos y legisladores para asegurarnos de que son conscientes de la necesidad de estos fondos para el Hogar del Niño. En cuanto a la recaudación de fondos entre la comunidad y el sector privado, nos esforzamos por dar a conocer la Institución, cuan grande somos y la importancia de nuestro trabajo para la comunidad. En mi opinión, los ingresos deben venir de una combinación de todos, manteniéndose el gobierno como la fuente principal.

  La prosperidad económica del barrio también influye en este propósito. Porque a medida que Pilsen cambia, hay padres que pueden pagar de su bolsillo el servicio que se les ofrece.

  “Si pudiéramos combinar esas dos comunidades en nuestra instalación, familias financiadas por el gobierno y familias privadas que pagan, podría ser realmente un modelo que funcionara para nosotros”, estimó.

   Otra iniciativa que Mario pone en práctica es la asociación con otras organizaciones, como “The Place” que atiende a niños con autismo.

“Ellos tienen un buen modelo de financiamiento basado en recursos del Medicare y Medicaid. El Hogar del Niño también tiene muchos niños con autismo en nuestro programa. Podemos ayudarnos mutuamente”.

 

Un refugio para la comunidad

 

Mario define el Hogar del Niño como un refugio para la comunidad; por eso manifiesta tristeza  al comentar acerca de las familias deportadas a la fuerza.

 “En el último mes hemos perdido 10 familias a través del mecanismo de deportación llevada a cabo por el gobierno. No puedo explicarle el trauma que causa en todas las familias. El niño es arrancado del centro, las familias quedan destrozadas y la comunidad sufre eso”

 A Mario, sin embargo, no le preocupa el proceso de desplazamiento (gentrification) que sufre Pilsen. Lo considera más bien una expansión de la comunidad.  

 “Creo que la cultura se mantendrá aquí. No lo considero un reemplazo, sino una expansión. El Hogar del Niño es un gran ejemplo de eso. Casi el ciento por ciento eran niños latinos. En los últimos 5 años hemos visto más diversidad. Ahora tenemos familias anglo, del Medio Oriente y afroamericanas. Es realmente emocionante ver más diversidad, pero nuestra cultura central, está intacta”.