Marco Rubio inicia por Panamá primera gira diplomática por Latinoamérica

Además de la cuestión migratoria y el dilema por el control del Canal de Panamá, Rubio abordará la expansión de la influencia china en la región.
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Redacción Negocios Now

   En su primera gira diplomática, el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, llegó este sábado a una Panamá en vilo ante las amenazas del presidente Trump de recuperar el Canal, devuelto al país istmeño en 1977.

  Rubio se reunirá este domingo en la mañana con el presidente panameño José Raúl Mulino, quien adelantó que no habrá negociación para la transferencia del Canal de Panamá a Estados Unidos.

  “En cuanto al tema del canal es imposible. Yo no puedo negociar y mucho menos abrir un proceso de negociación sobre el canal. Esto está sellado. El canal es de Panamá’, dijo en declaraciones que recoge Univision.

  Rubio llega a Panamá luego de la insistencia de Trump de recuperar el canal bajo el argumento  que es China, y no el país centroamericano, el que controla la vía acuática.

   En su primer viaje como Secretario de Estado, Rubio también visitará El Salvador, Costa Rica, Guatemala y República Dominicana, en un claro intento de reforzar la agenda migratoria de la Casa Blanca y contrarrestar la creciente influencia de China en América Latina.

Migración: tema central de la agenda

Según un reporte de CNN, el viaje de Rubio se da en un contexto tenso, tras el reciente enfrentamiento entre Trump y el presidente colombiano, Gustavo Petro, sobre la cooperación en migración y seguridad. La Casa Blanca ha insistido en que los países latinoamericanos deben colaborar en la contención de los flujos migratorios y aceptar la repatriación de ciudadanos deportados de EE.UU.

“Necesitamos que las naciones de origen ayuden a frenar la migración irregular y acepten el retorno de sus ciudadanos”, escribió Rubio en un artículo para The Wall Street Journal. También advirtió que los países que cooperen con EE.UU. serán recompensados, mientras que aquellos que no lo hagan enfrentarán represalias diplomáticas y comerciales.

Uno de los principales temas de negociación será la posibilidad de que El Salvador acoja a solicitantes de asilo que no sean de origen salvadoreño, una estrategia similar al acuerdo de “Tercer País Seguro” implementado durante el primer mandato de Trump. 

  La Administración también planea discutir con el Gobierno de Nayib Bukele la deportación de presuntos miembros de la banda venezolana Tren de Aragua, quienes, según fuentes oficiales, prefieren ser enviados de regreso a Venezuela antes que compartir prisión con pandilleros de la MS-13 en El Salvador.

De acuerdo con la misma fuente, Costa Rica, por su parte, podría ampliar sus esfuerzos de repatriación para migrantes que transitan desde Sudamérica, mientras que Panamá sigue siendo clave debido a su ubicación estratégica y al papel del Tapón del Darién, uno de los principales corredores de migración irregular hacia EE.UU.

Según el Servicio Nacional de Migración de Panamá, el número de migrantes que han cruzado el Darién en enero de 2025 ha caído un 93 % respecto al mismo periodo del año pasado. Este descenso se atribuye, en parte, al acuerdo firmado entre EE.UU. y Panamá bajo la Administración de Joe Biden, que proporcionó recursos logísticos para controlar la migración en la zona.

Control del Canal de Panamá

 De toda la gira, lo que más tensión parece generar es su visita a Panamá y su encuentro con el presidente Mulino, quien ha dejado claro que la soberanía del país sobre el canal no está en discusión.

“El alma de un país no está en debate”, afirmó Mulino esta semana en respuesta a las declaraciones de Trump. 

  Rubio ha señalado que la creciente presencia de China en la infraestructura del canal representa una amenaza para la seguridad nacional de EE.UU. La empresa Panama Ports, subsidiaria de la compañía hongkonesa CK Hutchison Holdings, opera terminales en ambos extremos del canal, lo que, según Rubio, podría permitir a China bloquear el tráfico en una eventual crisis.

  Mulino rechazó la afirmación de que China controla el canal. “No hay presencia de ninguna nación en el mundo que interfiera con nuestra administración”, dijo el lunes en un comunicado.

  Construido por Estados Unidos en 1903, el canal pasó a Panamá gracias al tratado Torrijos-Carter de 1977 que devolvía su control completo al país istmeño todo el territorio el 31 de diciembre de 1999.

China y su influencia en América Latina

Además de la cuestión migratoria, Rubio abordará la expansión de la influencia china en la región. En los últimos 20 años, el comercio entre China y América Latina ha crecido de $10,000 millones a $450,000 millones anuales, lo que ha generado preocupación en Washington.

En Guatemala, un país que aún mantiene relaciones diplomáticas con Taiwán, a diferencia de otras naciones como El Salvador, Rubio intentará reforzar los lazos para contrarrestar la influencia de Beijing. En República Dominicana, la lucha contra el narcotráfico será un tema prioritario.

Sin embargo, algunos críticos argumentan que las propias políticas de Trump, como el congelamiento de la ayuda exterior, han debilitado la posición de EE.UU. en la región. Programas clave para el combate al narcotráfico y la seguridad han quedado paralizados, lo que podría abrir la puerta a una mayor intervención de China.

A medida que Rubio avanza en su gira, la Administración Trump enfrenta el desafío de demostrar que su estrategia puede frenar la migración sin desestabilizar a sus aliados regionales, ni ceder terreno a China en América Latina.