En un vuelo de larga distancia es imposible evitar acudir al baño del avión, y normalmente te encuentras con las incomodidades de pedir permiso al o los compañeros de asiento, si estás en ventanilla, esperar tu turno, utilizarlo rápido debido a la demanda y con muchas incomodidades.

Un artículo del Mel Magazine indica que no siempre debe ser así para los pasajeros que desean una estancia más privada y menos apresurada al baño. Erika Roth, ex asistente de vuelo, declaró a la revista que el mejor momento para ir al baño en el avión es tan pronto como el piloto apague el aviso de cinturón de seguridad, y antes de que empiece el servicio de bebidas.

En ese momento, el pasajero que se dirige al baño lo puede hacer sin preocuparse de que alguien espere afuera de la puerta, dijo. “Es un tiempo en el que cualquiera puede tener de manera realista unos 10 minutos de paz dentro del baño para atender cualquier problema urgente”.

Pero después de 20 minutos, advirtió, una azafata puede venir y llamar a la puerta. Y para quienes saben que al salir dejarán un fuerte olor que los delate, Roth recomendó pedir a un asistente de vuelo un paquete de café molido, para colgarlo en el baño, aunque  la tripulación sabrá exactamente lo que está a punto de hacer.

El artículo agrega que el truco del café molido no sólo es una cortesía con el siguiente pasajero que utilice el baño, también puede salvar la comodidad del vuelo evitando un viaje con olor desagradable. Menciona la mala costumbre de algunos pasajeros de correr al sanitario en el momento que el piloto anuncia que se inicia la labor de aterrizaje.

Ese momento, aun cuando se aprovecha la ventaja de que  las personas con la misma intención no son muchas, genera desorden y obliga a las azafatas a retrasar la preparación de la seguridad de todos los pasajeros.