Isla noruega acuerda eliminar la medición del tiempo

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Los habitantes de la isla de Sommar, al norte de Noruega, un poco más de 300 personas, quieren prescindir de los relojes porque los consideran innecesarios. Ellos viven cada año bajo épocas extremas, con 69 días de continua luz del sol y otros 69 de oscuridad, por lo que estiman que no necesitan la medición del tiempo.

Sus vidas, al norte del Círculo Polar Ártico, se desarrollan con tanta placidez y libertad que consideran un estorbo estar programados por los relojes que les marcan el tiempo. De acuerdo con reportes en el portal de noticias NRK de ese país, a finales de mayo los nativos de Sommar convocaron a una asamblea, en la que se acordó eliminar los horarios.

El acuerdo concreto de los habitantes de Sommar, que quiere decir isla de verano, fue la abolición de la rigidez en la medición del tiempo. Según el sitio, en la asamblea expusieron la libertad que existe para disfrutar de actividades en las madrugadas soleadas que tienen cada año.

“A las dos de la mañana puedes ver a niños jugando al fútbol, a gente pintando sus casas o cortando el césped y a adolescentes nadando”, indica el impulsor de la idea, Kjell Ove Hveding, “Nuestro objetivo es proporcionar la máxima flexibilidad, 24 horas al día y siete días a la semana. Si quieres cortar el césped a las cuatro de la madrugada, hazlo”.

Como un símbolo de esta medida se propuso que los visitantes cuelguen sus relojes en el puente que separa la isla del resto del municipio al que pertenece, imitando a otros sitios en el mundo donde los turistas dejan candados, como una forma de desprenderse de todo compromiso con los horarios.

Sin embargo, a pesar del acuerdo generalizado que se alcanzó, algunos residentes de la isla dudan de la conveniencia de eliminar la medición del tiempo. Por ejemplo, los prestadores de servicios turísticos consideran que sería una situación complicada para los visitantes sobre los horarios de registro de entrada y de salida, y los de apertura del bar y el restaurante.

Pese a la abrumadora mayoría que aprueba la medida, aún falta la decisión legislativa, por lo que se tendrá que presentar como una iniciativa en el parlamento nacional de Noruega. Los lugareños confían en que pasará el acuerdo, debido a que solo se trataría de formalizar algo que se practica generación tras generación.