Panamá.- El objetivo era discutir el combate a la pobreza y la cooperación para el desarrollo de la región, pero la Cumbre de las Américas pasará a la historia por el apretón de manos entre los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y el cubano, Raúl Castro.
Bautizada como “La Cumbre de la reconciliación”, la reunión rompe oficialmente con el hielo de más de 56 años de distanciamiento entre los dos países y abre un nuevo abanico en las relaciones entre Washington y Latinoamérica donde el diferendo Cuba-Estados Unidos resultaba una piedra en el zapato en la región.
El acontecimiento tiene lugar luego de que la Casa Blanca decidiera eliminar a Cuba de la lista de países que patrocinan el terrorismo, un escollo en el camino hacia la normalización de las relaciones.
La VII Cumbre de las Américas se inició de manera oficial poco después de las 20.00 hora local del viernes, 10 de abril, con el discurso de apertura del presidente panameño, Juan Carlos Varela.
Pero el verdadero inicio de la reunión de 34 jefes de Estado del continente americano (la presidenta chilena, Michelle Bachelet, se perdió la cumbre por las devastadoras inundaciones que han afectado el norte de Chile) se produjo poco antes cuando los presidentes de Estados Unidos y Cuba se estrecharon la mano.
El histórico momento entre Barack Obama y Raúl Castro se produjo ante el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, cuando los dos presidentes “coincidieron” antes de entrar en el teatro Anayansi de la capital panameña, donde se desarrolló la ceremonia de apertura de la VII Cumbre de las Américas.
El encuentro fue breve pero “histórico”, como recalcaron tanto Varela como Ban Ki-moon y el secretario general saliente de la Organización de Estados Americanos (OEA), José María Insulza, quienes hablaron en la ceremonia.
El mandatario panameño honró en su discurso “el coraje y la voluntad de los jefes de Estado y de los Gobiernos que han dejado a un lado sus diferencias históricas en búsqueda de acercamientos que traerán mejores días para sus pueblos y nuestro continente”.
Por su parte, Insulza, que se despide de la dirección de la OEA tras 10 años en el cargo, declaró entre un sonoro aplauso de los delegados presentes que “es la primera vez en la historia de las Américas que se reúnen en torno a la misma mesa los jefes de Estado y Gobierno de las 35 naciones” del continente.
Y el secretario general de la ONU también hizo hincapié en el mismo punto antes de señalar que “la presencia de los presidentes Obama y Castro en esta oportunidad, representa un deseo finalmente cumplido por muchos en la región”.
El apretón de manos entre Obama y Castro fue un breve anticipo público al encuentro bilateral privado que mantuvieron este såabado los dos líderes y se produce sólo cuatro meses después de que ambos anunciaran de forma simultánea un acuerdo para el restablecimiento de relaciones diplomáticas.
La reconciliación entre los dos acérrimos enemigos de la Guerra Fría está oscureciendo de momento el creciente enfrentamiento que mantienen Washington y Caracas, que arreció cuando el mes pasado Obama decidió imponer sanciones económicas al régimen de Nicolás Maduro.
Pero también, en otro hecho histórico en el continente, la región está dejando claro a Estados Unidos que no aprueba las medidas emprendidas por la administración de Obama. (EFE y Redaccion)