Redacción Negocios Now
Llegó el gran día y todo se efectuó en hora y media. En un encendido debate presidencial, celebrado en Filadelfia la noche del 10 de septiembre de 2024, Kamala Harris se mostró dominante frente a Donald Trump, quien quedó a la defensiva en varias ocasiones. El cara-a-cara entre la candidata demócrata y el exmandatario republicano destacó por la agresividad creciente de Trump, mientras Harris logró mantener una estrategia de ataques calculados.
Este encuentro, para muchos crucial a menos de dos meses de las elecciones del próximo 5 de noviembre, demostró que Harris había superado las dudas sobre su capacidad para conectar con el público, un tema recurrente entre los republicanos desde su fallida candidatura en 2020. Con un desempeño afilado, la actual vicepresidenta despejó las inquietudes sobre sus habilidades comunicativas, proyectando confianza frente a un Trump que, aunque agresivo, no logró esquivar todos los golpes.
Temas clave
Es importante mencionar que los candidatos se enfrentaron sobre temas clave como seguridad, economía, migración y las crecientes tensiones internacionales, con ambos intercambiando acusaciones en medio de una atmósfera de creciente polarización.
Harris, quien asumió la candidatura demócrata tras la esperada retirada del presidente Joe Biden, ha consolidado su apoyo entre millones de votantes. Las más recientes encuestas reflejan una contienda cerrada, con diferencias de no más de cinco puntos, ya sea a favor de Trump o de la vicepresidenta.
Reequilibrio de balanza
Trump, por su parte, sigue contando con el respaldo mayoritario del Partido Republicano, a pesar de las acusaciones, expedientes abiertos en su contra y hasta sentencias judiciales. Desde su enfrentamiento con Biden, donde el actual presidente mostró signos de desgaste, su ventaja en las encuestas se había consolidado. No obstante, la entrada de Harris a la contienda reequilibró la balanza.
Cabe decir que uno de los temas más álgidos del debate fue la seguridad en la frontera con México. Trump reiteró su promesa de cerrar la frontera para frenar la migración y combatir la crisis del fentanilo, además de anunciar la intención de imponer aranceles del 200% a los automóviles fabricados en México y China, argumentando que ambos países han perjudicado la industria estadounidense.
Por su parte, Harris defendió una postura más mesurada y colaborativa, subrayando la necesidad de alianzas internacionales frente a las amenazas globales, como los conflictos en Medio Oriente y la guerra entre Rusia y Ucrania.
A sabiendas de que Trump arremeteria contra Harris culpandola de la crisis migratoria, la vicepresidenta puso al desnudo la hipocresía del republicano quien llamó a los congresistas de su parrido para frenar un proyecto de ley que pondría orden en la fronteria.
Tensión política
El debate dejó claro que tanto Harris como Trump están dispuestos a jugar con todo de cara a las elecciones, con temas sensibles como el aborto y el fracking también presentes en la discusión. A medida que se acercan los comicios de noviembre próximo, la incertidumbre y la tensión política continúan creciendo.
El debate, clave en la contienda con las encuestas aún ajustadas, dejó claro que ambos candidatos juegan al límite en una campaña donde el más mínimo error podría ser decisivo.
El aborto
Harris puso a Trump contra la pared cuando llegó el tema del aborto. Un Trump nervioso y visiblemente enfurecido, trató infructuosamente escapar de un tema que lo ha venido persiguiendo durante la campaña. Luego de ilustrar un dramático escenario por la prohibición del aborto en muchos estados del pais, Harris advirtió que Trump firmaría una prohibición nacional a esa practica. El candidato republicano no lo negó.
¿Otro debate?
Al término del debate, la campaña se Harris anunció que la candidata estaría dispuesta a un segundo debate antes de las elecciones del 5 de Noviembre. Al cierre de esta edición los republicanos no habían respondido.