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En riesgo, alimentación de las familias más pobres

Legisladores federales analizan propuestas que permitan una disminución de $230 mil millones de dólares en la financiación del programa SNAP.
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Redacción Negocios Now

El Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP) está destinado a satisfacer las necesidades alimentarias de aproximadamente 42 millones de personas, las cuales dependen cada año de este apoyo considerado la primera línea de defensa contra el hambre en Estados Unidos.

Sin embargo, la administración Trump sugirió recientemente la reducción de los beneficios del SNAP en todo el país, por lo que  legisladores federales analizan propuestas que permitan una disminución de $230 mil millones de dólares en la financiación, expone un análisis de The Urban Institute (UI).

Una opción que exploran los congresistas es la eliminación de la actualización de 2021 del Plan de Alimentos Económicos (EFP), el modelo utilizado para garantizar que los beneficios del SNAP reflejen las pautas dietéticas actuales, costos de compra, preparación y consumo de alimentos.

El estudio de UI registró que si se revierte la actualización del EFP, los beneficios del SNAP no cubrirán el costo de una comida económica. Como resultado, las familias beneficiarias del programa tendrían que reducir la cantidad de alimentos que consumen o recurrir a opciones más económicas.

“Estas reducciones serían especialmente severas para casi 4 de cada 10 beneficiarios del SNAP que califican para el beneficio máximo debido a sus recursos muy limitados”, dice. “Tras los drásticos recortes, la inseguridad alimentaria y las dificultades económicas aumentarán, y la situación sanitaria empeorará”.

La medida, agrega el reporte, generaría déficits entre el beneficio máximo y el costo de una comida económica en cada estado y condado. Es decir, las reducciones en los beneficios del SNAP serán costosas para las familias y comunidades locales.

Una inseguridad alimentaria prolongada pondría a estas familias en riesgo de enfermedades crónicas, perjudicando el desarrollo de los niños pequeños y empeorando la salud física y mental, advierte. En particular, en las zonas con precios altos un menor poder adquisitivo se asocia con mayor inseguridad alimentaria.

“En 2024, uno de cada cuatro adultos de entre 18 y 64 años reportó enfrentar inseguridad alimentaria y necesitar ayuda para satisfacer sus necesidades básicas”, destaca el análisis.

El SNAP es un programa de eficacia comprobada contra el hambre y la pobreza. Tan solo la revaluación del EFP logró mantener a 2.9 millones de personas fuera de la pobreza en 2021. Revertir esa actualización disminuiría los beneficios del programa y no cubriría el costo de una comida económica, dice.

La medida reduciría el beneficio máximo por comida  de $2.84 a $2.25, lo que haría que su costo promedio a nivel nacional sea 51% mayor que el beneficio máximo del programa. “Recortar la financiación de SNAP tiene consecuencias claras: más hambre y más pobreza en todo el país”, reitera UI.