El voto que redibujó el mapa en la victoria de Trump

Con este nuevo mandato, el presidente número 47º se posiciona como una figura central en la redefinición de las prioridades políticas del país.

Redacción Negocios Now

Donald Trump aseguró un segundo mandato como presidente de Estados Unidos tras una contundente victoria en las elecciones de 2024. Más allá de reafirmar su base tradicional, el expresidente logró reconfigurar patrones de votación en todo el país, consolidándose como el primer republicano en dos décadas en ganar el voto popular. Este triunfo no sólo marcó un giro hacia la derecha en las dinámicas electorales, sino que también subrayó profundas transformaciones en los apoyos demográficos clave.

Cambio transversal en los patrones de voto

La victoria de Trump no puede explicarse únicamente por el sólido respaldo de su base tradicional: estadounidenses blancos sin título universitario. Su desempeño en 2024 reflejó una notable mejora entre grupos demográficos que históricamente han favorecido a los demócratas. El republicano registró avances significativos entre votantes hispanos y asiático-americanos, impulsados por una narrativa crítica hacia la gestión económica y migratoria de la Administración Biden.

Estas tendencias fueron visibles en áreas como el Valle del Río Grande, de gran población hispana, y en el condado de Miami-Dade, en Florida, donde Trump no sólo redujo la ventaja demócrata de elecciones pasadas, sino que ganó por 13 puntos porcentuales. Además, estados como Nevada, con una alta concentración de votantes hispanos y asiático-americanos, evidenciaron un cambio hacia el republicano, reduciendo drásticamente los márgenes de victoria de su rival, Kamala Harris.

Otro factor decisivo fue la menor participación de votantes negros, especialmente en áreas urbanas tradicionalmente demócratas. Por ejemplo, en Carolina del Norte y Pensilvania, Harris recibió menos apoyo que Biden en distritos mayoritariamente negros, debilitando su capacidad de competir en estados clave.

De la derrota en 2020 a la barrida en 2024

La estrategia de Trump se enfocó en recuperar los estados en disputa que perdió en 2020, como Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Pensilvania y Wisconsin. Este esfuerzo rindió frutos, pues los ganó todos, consolidando márgenes de victoria superiores a los de Biden cuatro años atrás.

En Arizona, donde Biden había vencido por poco más de 10,000 votos, Trump obtuvo una ventaja de casi 200,000 votos, gracias al creciente respaldo hispano en condados fronterizos como Maricopa. En Michigan, la frustración de votantes árabe-americanos con el apoyo de Biden a los conflictos en Gaza y Líbano jugó un papel clave. En Dearborn, un distrito predominantemente árabe-americano, Harris quedó relegada al tercer lugar, detrás, incluso, de la candidata del Partido Verde, Jill Stein.

Georgia fue otro ejemplo del impacto del voto urbano. A pesar de depender del apoyo de Atlanta y sus suburbios, Harris no logró incrementar los márgenes de Biden en condados clave, lo que permitió a Trump recuperar el estado. En Wisconsin, el republicano consolidó su ventaja en condados rurales con votantes predominantemente blancos, logrando márgenes de victoria hasta seis puntos porcentuales superiores a los de 2020.

Panorama del voto popular

Trump obtuvo el 50 % del voto popular, superando a Harris, quien logró el 48.4 %. Este resultado marcó un giro histórico, ya que desde 2004 ningún republicano había alcanzado esta hazaña. Además, Trump acumuló 77 millones de votos, tres millones más que en su derrota frente a Biden, en un ciclo electoral que tuvo una menor participación general: 151 millones de votantes frente a los 155 millones de 2020.

En términos de administración electoral, las elecciones fueron calificadas como un éxito. A pesar de las amenazas de desinformación, intentos de intimidación y dudas sobre la ciberseguridad, los resultados fueron claros y los comicios transcurrieron sin mayores incidentes, según organizaciones como el Centro para la Innovación y la Investigación Electoral.

Drew McCoy, presidente de Decision Desk HQ, dijo a The Voice of America (VOA) que el triunfo de Trump se basó en una mejora generalizada en su desempeño electoral, no sólo entre su base, sino también en sectores clave que los demócratas daban por sentados. Aunque Kamala Harris logró consolidar el apoyo femenino, la esperada brecha de género a su favor fue mínima. “No fue la victoria aplastante entre las mujeres que mucha gente esperaba”, señaló McCoy.

Además, las narrativas de Trump sobre la economía, seguridad y manejo migratorio resonaron en comunidades que habían sido menos receptivas a su mensaje en elecciones anteriores. Este cambio estratégico fue especialmente evidente en regiones fronterizas y áreas metropolitanas diversas.

Lecciones para el futuro político de EE.UU.

El éxito de Trump en 2024 no sólo redefine el panorama político a corto plazo, sino que también plantea interrogantes sobre el futuro de las estrategias partidistas en Estados Unidos. Los republicanos demostraron la eficacia de apelar a votantes tradicionalmente demócratas a través de mensajes económicos y culturales. Los demócratas, por su parte, enfrentan el reto de reactivar su base y abordar la desconexión con grupos clave, como los votantes negros y latinos.

En un entorno electoral cada vez más polarizado, el triunfo de Trump subraya la importancia de la adaptabilidad en las campañas y la necesidad de una estrategia inclusiva para construir coaliciones ganadoras en el futuro. Con este nuevo mandato, el presidente número 47º se posiciona como una figura central en la redefinición de las prioridades políticas del país.