Roy Trevino
Tiene 66 años, nació en Texas pero ha vivido en Chicago 64 años. Roy Treviño se sumó al negocio que su padre abriò en 1965 y se convirtió en dueño de segunda generaciòn.
Fue músico y cultivó el Latin Jazz durante muchos años. Solía tocar percusión. “Pero ya no juego”, dice al admitir su pasión por el pentagrama que de cierta forma fue la base de su empresa.
Nació un pequeño bar del vecindario y lo convirtió en una floreciente taberna de Chicago, que se ha mantenido durante 54 años. Fue un negocio tomado a partir del hecho de que su padre andaba preparando la jubilaciòn. Lo nombró Jacaranda, en homenaje al conocido árbol de apreciable madera y hermosas flores violáceas, que crece en México, algunos países de Sudamérica y Asia. Bastante sobresaliente en Pretoria, capital política de Sudáfrica, donde sus alamedas se tiñen de azul violeta en primavera.
El caso es que el Jacaranda no es la típica taberna con mesas de billar. Llegan muchos artistas jóvenes, también políticos, empresarios, porque es un buen lugar para pasar el rato. En realidad el bar es más que una empresa, tiene el rango de centro comunitario para que los adultos vengan aquí y hablen de política, lo mismo que a disfrutar de eventos deportivos.
Treviño remarca que en Londres existe un pub donde los Beatles solían ir a beber, y que se llama Jacaranda, algo que le contó su tío Beto, quien le tomó una foto al lugar.
Fue el tío Beto quien sugirió al padre de Roy Treviño poner a la taberna Jacaranda.
Treviño se siente como ciudadano ilustre de gran arraigo en Little Village
“Vivo aquí, tengo mi negocio aquí, y donde hago mi dinero y donde dejo mi dinero”, confiesa.
Su preocupación de momento es darle continuidad al bar, en busca de crecimiento para hacerlo más exitoso y encontrar a alguien en su familia que quiera seguirlo. No tiene hijos, así que la idea es dejarlo a su hermano o su ahijado.