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El avance tecnológico 5G genera dudas sobre daños a la salud

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La naturaleza no probada de la quinta generación de tecnología inalámbrica 5G, y la extensión de su infraestructura, genera temores ante probables efectos en la salud por una mayor exposición a radicación, a pesar de las mayores velocidades de descarga y los avances en alta tecnología que promete.

Aunque se sabe poco sobre el impacto a largo plazo en la salud de las ondas milimétricas en las que opera 5G, algunas investigaciones valoran que la exposición a corto plazo podría ser problemática, como indica un informe de la Universidad de California en Berkeley.

En Chicago, una de las primeras ciudades donde Verizon y Sprint activaron ya sus redes 5G a principios de este año, AT&T lo hará a finales de año y T-Mobile en 2020, existe un grupo de activistas que reclaman estudios sobre los efectos de la exposición a esta nueva tecnología.

Entre los detractores locales está el grupo de Facebook “Stop 5G Chicago”, que busca frenar el despliegue de la red en áreas residenciales, debido a la preocupación por el impacto que la radiación podría tener en las poblaciones vulnerables, como los niños y las mujeres embarazadas.

El grupo colecta firmas puerta por puerta para frenar el avance del 5G, y llevará a cabo un mitin pacífico el próximo 15 de mayo en la Plaza Federal, 50 W Adams St., haciendo un llamado a las compañías inalámbricas para que detengan voluntariamente su despliegue de antenas hasta que su tecnología sea segura.

5G aprovecha las ondas milimétricas en la parte superior del espectro de radio, que no se han utilizado anteriormente para las telecomunicaciones, lo que permite una transferencia de datos más rápida. Sin embargo, no viajan a través de edificios, árboles y lluvia como las generaciones anteriores de tecnología inalámbrica, que operan en longitudes de onda más bajas.

Eso significa que las compañías inalámbricas deben instalar más equipos con 5G que con las generaciones anteriores de redes inalámbricas, incluyendo nuevas estaciones base y antenas en garajes de estacionamiento, o equipos en postes de luz que llenan los huecos para la cobertura celular.

El gobierno federal tiene reglas de seguridad que las compañías inalámbricas deben cumplir con un límite de exposición humana a las ondas de radio, incluidas las frecuencias utilizadas con 5G, mientras que organismos internacionales aseguran que no hay evidencia científica de efectos adversos para la salud, y que no es la primera vez que la humanidad entra en contacto con las ondas milimétricas.

Sin embargo, las investigaciones en contra plantean que podrían estar en riesgo los ojos y las glándulas sudoríparas de las personas expuestas a las ondas milimétricas utilizadas en 5G, así como los insectos y la vida vegetal, particularmente por una reacción que eleva la temperatura de los cuerpos.

La primera generación de dispositivos inalámbricos marcó el comienzo de los teléfonos móviles; 2G trajo los mensajes de texto; 3G sentó las bases para los teléfonos inteligentes, y 4G permitió la transmisión de video y más. Se espera que 5G descargue datos 20 veces más rápido o más que su predecesor.

La cantidad de datos que la gente usa en dispositivos móviles ha aumentado 40 veces desde 2010, pero en una red 5G un usuario puede descargar una película al instante y los datos fluirán entre los objetos conectados sin demora.