Redacción Negocios Now
Las redadas de inmigración, lideradas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), han sido una herramienta controvertida en la política migratoria de Estados Unidos. Aunque su objetivo declarado es identificar y deportar a personas que se encuentran en el país de forma irregular, sus efectos colaterales se extienden más allá de las comunidades inmigrantes, impactando directamente a uno de los pilares de la economía estadounidense: los pequeños negocios.
Impacto directo en las operaciones
Según el National Immigration Forum, más del 70 % de los trabajadores agrícolas son inmigrantes, y una parte significativa de ellos no tiene estatus migratorio regular. Cuando se ejecutan redadas en sus lugares de trabajo o comunidades, los efectos son inmediatos: ausencia repentina de empleados, interrupción de operaciones y pérdida de productividad.
Desde luego, el sector agrícola no es el único afectado por las actuales políticas migratorias de la Casa Blanca. En la industria del cuidado de la salud en el hogar, el 18.3 % de los trabajadores son indocumentados. Este dato, proveniente del American Immigration Council, refleja la importancia de esta mano de obra en un campo esencial para el bienestar de la población, especialmente personas mayores o con enfermedades crónicas.
El sector de la construcción también muestra una alta concentración de trabajadores indocumentados, con un 13.7 %. Este sector ha dependido históricamente de esta fuerza laboral para cubrir la creciente demanda de obras de infraestructura y vivienda, muchas veces en condiciones laborales precarias.
En la industria de hospitalidad, el 7.1 % de los empleados son indocumentados. Este rubro incluye hoteles, centros turísticos y otros espacios que ofrecen alojamiento, y representa una parte significativa de la economía turística del país. Tanto en los restaurantes como en la limpieza comercial, la proporción de trabajadores indocumentados alcanza el 6.5 %.
Estos sectores, esenciales para el funcionamiento diario de ciudades y comunidades, se sostienen en gran medida gracias al trabajo de inmigrantes que realizan labores intensivas y poco reconocidas.
Clima de miedo e incertidumbre
El impacto de las redadas no se limita a los empleados detenidos; también generan un clima de temor e inestabilidad que afecta a todo el equipo laboral, incluyendo trabajadores con estatus legal.
El American Immigration Council ha documentado que en comunidades donde las redadas han sido frecuentes, muchos trabajadores —incluso ciudadanos y residentes legales— dejan de asistir a sus trabajos por miedo a estar en el lugar equivocado en el momento equivocado. Esto se traduce en ausentismo, pérdida de productividad y una disminución general en la moral del lugar de trabajo.
Los pequeños negocios también enfrentan dificultades para contratar nuevos empleados después de una redada, ya que las comunidades inmigrantes suelen evitar lugares donde hubo intervención de ICE. Esto crea un círculo vicioso en el que los empleadores no encuentran mano de obra, y los trabajadores temen buscar empleo.
Posiciones institucionales
Organizaciones empresariales y cámaras de comercio han expresado su preocupación por el impacto de las redadas en la economía. La U.S. Chamber of Commerce, una de las entidades empresariales más influyentes del país, ha señalado que las redadas “afectan negativamente la confianza empresarial y la estabilidad de la cadena de suministro, especialmente en sectores que dependen de la mano de obra inmigrante”.
Por su parte, la National Federation of Independent Business (NFIB), que representa a miles de pequeños negocios, ha afirmado en diversas comunicaciones que “una política migratoria inestable, incluyendo redadas masivas, crea barreras innecesarias al crecimiento de los negocios pequeños, que no tienen la flexibilidad, ni los recursos para reemplazar trabajadores de manera inmediata”.
Cabe mencionar que aproximadamente el 46 % de todas las empresas incluidas en la lista Fortune 500 fueron fundadas por inmigrantes o hijos de emprendedores inmigrantes, según un informe de 2024 del American Immigration Council. Estas comunidades representan una gran parte de los pequeños negocios en Estados Unidos y son fundamentales para la salud de la economía nacional.
Consecuencias sociales y comunitarias
Además de los efectos económicos, las redadas generan tensión social y debilitan los lazos comunitarios. Muchos pequeños negocios son operados por familias inmigrantes o están ubicados en vecindarios de alta diversidad cultural. Cuando una redada ocurre, los negocios locales pierden clientes, especialmente si la comunidad teme salir de sus casas o moverse libremente.
Un estudio de la Universidad de California en Davis halló que los ingresos de pequeños comercios en zonas afectadas por redadas disminuyeron en promedio un 15 % durante los tres meses posteriores a la intervención. Además, muchas tiendas operadas por inmigrantes cerraron definitivamente por falta de clientela y miedo al acoso.
Básicamente, las redadas de inmigración no solo afectan a los individuos detenidos, sino que también socavan la estabilidad de los pequeños negocios, que representan casi el 44 % de la actividad económica privada en Estados Unidos.
Organizaciones empresariales, académicas y de defensa de derechos coinciden en que una reforma migratoria sensata, basada en soluciones legales y humanitarias, es esencial para preservar el dinamismo de la economía local. Mientras tanto, el uso indiscriminado de redadas seguirá afectando a los actores más vulnerables del ecosistema empresarial: los pequeños emprendedores.