Redacción Negocios Now
El déficit comercial de Estados Unidos alcanzó un récord histórico de 140.5 mil millones de dólares en marzo, impulsado por un aumento masivo en las importaciones, especialmente en productos farmacéuticos, a medida que empresas y consumidores intentaron adelantarse a los nuevos aranceles anunciados por el presidente Donald Trump.
Según datos del Departamento de Comercio, el déficit —que mide la diferencia entre lo que el país exporta y lo que importa— se duplicó en el último año. En marzo de 2024, ese desequilibrio era de aproximadamente 68.6 mil millones de dólares.
En detalle, las exportaciones estadounidenses de bienes y servicios sumaron unos 278.5 mil millones de dólares en marzo, mientras que las importaciones escalaron a casi 419 mil millones, un aumento de 500 millones y 17.8 mil millones respectivamente en comparación con febrero.
El mayor aumento en importaciones provino de bienes de consumo, que crecieron en 22.5 mil millones de dólares en marzo. Los productos farmacéuticos representaron la mayor parte de este aumento, con un incremento de 20.9 mil millones, especialmente desde Irlanda. Esto sugiere que los fabricantes de medicamentos se apresuraron a anticiparse a los aranceles propuestos por Trump para ese sector.
“Si bien sabíamos que los bienes de consumo lideraban el aumento, ahora vemos que casi todo provino de productos farmacéuticos importados desde Irlanda”, señaló un informe de Oxford Economics, según The Associate Press. Los analistas también advierten que la incertidumbre persiste y que podríamos ver señales más amplias de acumulación preventiva en los próximos meses.
Sin embargo, esta tendencia no fue generalizada. Otros sectores, como el comercio minorista, podrían haber reducido las compras de ropa, juguetes y muebles del exterior, ya sea por los efectos de aranceles previos o por la incertidumbre económica que llevó a posponer nuevas órdenes.
Esta situación podría derivar en problemas de abastecimiento en los próximos meses, con posibles faltantes en los estantes si no se repone el inventario a tiempo. A pesar de esto, también se registró un aumento en la importación de bienes de capital, como computadoras, así como piezas y vehículos automotores. En contraste, las importaciones de suministros industriales, como metales y petróleo crudo, disminuyeron ante la aplicación de aranceles sobre acero, aluminio y productos energéticos. Las importaciones de servicios, como los relacionados con el turismo, también cayeron.
En general, Estados Unidos está recibiendo una avalancha de productos que ya están —o que se teme pronto estarán— sujetos a la guerra comercial en curso. Desde que asumió nuevamente el cargo en enero, Trump ha amenazado con aplicar una serie de aranceles elevados. El mes de marzo estuvo marcado por una gran expectativa ante lo que el expresidente denominó el “Día de la Liberación”, el 2 de abril, cuando anunció nuevos impuestos de importación a casi todos los socios comerciales del país. Aunque algunos aumentos arancelarios han sido pospuestos (excepto los de China), otras medidas siguen vigentes.
La Casa Blanca sostiene que estos aranceles ayudarán a reducir el déficit comercial —EE.UU. no exporta más de lo que importa desde 1975—, reactivar la industria nacional y aumentar la recaudación del Gobierno. Sin embargo, economistas advierten que estas políticas podrían tener consecuencias serias para empresas, consumidores y la economía global.