Redacción Negocios Now
Las pequeñas empresas estadunidenses no están libres de recibir un impacto en la guerra de aranceles del gobierno de Trump contra el resto del mundo, que significan impuestos que pagan los importadores de bienes y materiales afectados.
Para combatir el impacto de esos aranceles, los propietarios de pequeños negocios pueden optimizar sus operaciones, comunicarse con los clientes, reevaluar sus cadenas de suministro y buscar asesoramiento profesional, según recomendaciones de especialistas.
En diversos reportes periodísticos, los economistas alertan a las pequeñas empresas respecto a las formas en que los aranceles pueden dañarlas: con un aumento del costo de los bienes y materiales importados, que afecte el flujo de caja y provoque una disminución en los márgenes de ganancia.
Para cubrir el mayor costo de los bienes, dicen, las pequeñas empresas estarían obligadas a aumentar los precios. Esto afectará la lealtad y las relaciones con los clientes, quienes optarían por recurrir a empresas más grandes o a la competencia que ofrece precios más bajos.
Los aranceles también pueden interrumpir la cadena de suministro global, dificultando a las pequeñas empresas o a sus proveedores obtener los productos que necesitan. Como resultado, incumplirían con los pedidos de los clientes, esto generaría la pérdida de su confianza y de ingresos.
Además, para cubrir los mayores costos de importación, las empresas nacionales suelen subir los precios, lo que se traslada a los pequeños negocios consumidores. Los analistas ofrecen algunas medidas que estos empresarios pueden tomar para mitigar el posible impacto de los aranceles en sus operaciones:
Comunicarse con sus clientes: si tienen que subir precios para compensar el mayor coste de los productos, deben ser sinceros con ellos y explicarles el motivo del cambio. Pueden destacar la calidad y otras características de sus productos para justificar el aumento de precios, y agradecer a los clientes su fidelidad.
Reevaluar la cadena de suministro: determinar si pueden comprar productos o materiales a otros proveedores, y buscarlos en países que no estén sujetos a aranceles, o consultar si pueden trabajar con un proveedor local.
Si no se puede diversificar la cadena de suministro, intentar negociar precios o contratos con los proveedores. Podrían obtener un descuento por pedir una cierta cantidad de productos, recomiendan.
Optimizar operaciones: revisar sus operaciones actuales e identificar las áreas donde se pueda mejorar la eficiencia, así como buscar oportunidades para optimizar procesos y reducir costos. Ahorrar en gastos generales puede mitigar el impacto del aumento de precios en bienes y servicios.
Buscar asistencia profesional: asesores financieros o contadores pueden ayudar a crear un plan personalizado para combatir los posibles efectos arancelarios. Los mentores empresariales de una organización o su centro de desarrollo local también pueden ofrecer asesoramiento gratuito o de bajo costo.
Considerar una línea de crédito empresarial que puede servir como fondo de emergencia, permitiendo disponer de financiamiento según sea necesario y pagar solo intereses sobre el dinero prestado.
Si hay interrupciones en el flujo de caja o un aumento en los costos, como resultado de los aranceles, una línea de crédito empresarial puede ser una herramienta útil. Además, con los recientes recortes de intereses de la Reserva Federal, las tasas podrían ser más bajas que antes, confían.
En su primer mandato, el presidente Trump impuso varias rondas de aranceles al acero, el aluminio, lavadoras, paneles solares y productos procedentes de China. Durante la administración Biden, se mantuvo la mayoría de estos aranceles.
Los economistas aseguran que esos aranceles solo tuvieron un impacto moderado en la economía (principalmente en industrias afectadas). Actualmente, a muchos analistas les preocupa que estos nuevos aranceles, más altos, puedan tener efectos de gran alcance.