Por Migdalis Pérez
Hace cinco años, Daniel Ávila llegó a Estados Unidos desde Chile con una idea clara: abrirse camino en el mundo de la tecnología. Programador de profesión, comenzó desarrollando herramientas que le facilitaran su trabajo diario. Lo que no imaginó es que, en poco tiempo, su creación se convertiría en una revolución para miles de programadores alrededor del mundo.
Nacimiento de CodeGPT
“CodeGPT nació hace dos años como un proyecto personal”, recuerda Daniel. “Lo creé para programar de una forma más rápida, para tener una conexión con los modelos de inteligencia artificial (IA) dentro de mi trabajo”. Básicamente, la herramienta fue una integración dentro de Visual Studio Code. Sin embargo, lo que comenzó como un experimento pronto se convirtió en un fenómeno global.
“Cuando lo publiqué en la comunidad de programadores de Microsoft, empezó a masificarse muchísimo. A los tres o cuatro meses, ya había 80.000 descargas y gente escribiéndome de todo el mundo”, relata. Desde China hasta Brasil, colegas de distintas latitudes comenzaron a interesarse en su software, pidiéndole mejoras y nuevas funcionalidades.
Fue entonces cuando él y sus futuros socios, Álvaro Chávez y Gustavo Espíndola, vieron el potencial del proyecto y pensaron en convertirlo en una empresa. “Cuando estábamos llegando al millón de descargas, decidimos crear un producto más robusto”, puntualiza Daniel. No pasó mucho tiempo antes de que compañías de distintos sectores comenzaran a contactarlos.
Adaptación a cualquier industria
CodeGPT se ha posicionado como una herramienta versátil y poderosa. “La magia de estos modelos de IA es que conocen absolutamente todos los lenguajes de código del mundo”, explica Daniel. Así, “puedes programar una simple página web, una aplicación móvil o, incluso, el software que controla los aviones del aeropuerto de Nueva York”.
Para garantizar la compatibilidad con distintas empresas, CodeGPT se adapta a los sistemas internos de cada organización. “Nos integramos con las bases de datos y con software de comunicación interna, como Slack, Discord o Microsoft Teams. Básicamente, explica, hacemos que la IA comprenda el entorno de la empresa y aumente la productividad de los desarrolladores”.
Retos de emprender en tecnología
El camino hacia el éxito no ha estado exento de desafíos. Según Daniel, “el principal reto ha sido la seguridad. Cuando llegamos a las empresas, la primera pregunta que nos hacen es: ‘¿Cómo garantizan que no me van a robar el código?'”.
Tal como recalca, la seguridad es fundamental, ya que el código fuente de una compañía puede contener información sensible, desde datos de clientes hasta llaves de acceso a cuentas bancarias. Para solucionar ese problema, CodeGPT ofrece una versión en contenedores que permite instalar el software en sus propios servidores.
“De esa forma, subraya Daniel, nos aseguramos de que los datos permanezcan privados”. Este enfoque en torno a la ciberseguridad ha sido clave para conseguir clientes de alto perfil, incluido un organismo del Gobierno federal de EE.UU.
Un equipo global que mira al futuro
El equipo detrás de CodeGPT refleja la diversidad del talento tecnológico latinoamericano. “Somos tres chilenos: yo vivo en Michigan, Álvaro está en Miami y Gustavo sigue en Chile”, cuenta Daniel. Con el crecimiento de la empresa, entretanto, han incorporado más talento en distintos países. “Ya somos 20 personas, con empleados en Estados Unidos, Chile, Perú, Colombia y Argentina”.
El próximo paso para CodeGPT es fortalecer alianzas estratégicas con gigantes de la tecnología, como OpenAI, Google, Microsoft y Amazon, entre otros. “Esas empresas crean modelos de IA, pero también necesitan software. Como tenemos una gran tracción, añade Daniel, estamos mejorando modelos junto con ellos y vamos a lanzar funcionalidades de conjunto, lo que nos permitirá crecer más rápido y consolidarnos en grandes corporaciones”.
Desafío de los latinos en tecnología
Uno de los aspectos que más ha sorprendido a Daniel es la baja presencia de hispanos en el sector tecnológico. “Hay muchísimo talento en Latinoamérica, pero no veo a tantos latinos en esta área”, comenta. “Brasil es el tercer país con más programadores del mundo; Argentina, Chile y Perú están muy adelantados en tecnología, pero en EE.UU. predominan los profesionales de India, China y Europa”.
Para los latinos que desean abrirse camino en la industria, el exitoso empresario tiene dos consejos clave. “Lo primero es aprender inglés. Si no te puedes comunicar, no puedes cerrar negocios”. El segundo consejo es lanzarse. “Aquí hay muchísimas oportunidades en tecnología. Y los latinos, concluye, tenemos mucho potencial”.