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Cumbre del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica

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MEXICO.- (HINA) Cruces fronterizos más rápidos para “viajeros de fiar” y la apertura de los mercados de la cuenca del Pacífico dominaron la reciente cumbre del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica, o NAFTA, entre EEUU, Canada y Mexico.

Los presidentes Barack Obama de EEUU y Enrique Peña Nieto de México se reunieron con el primer ministro de Canadá Stephen Harper en Toluca, a unas 40 millas al suroeste de la Ciudad de México, el miércoles 19 de febrero en el marco del 20 aniversario de NAFTA.

Hoy en día el mercado formado por estos tres países es un 265% más grande que en 1994 y está valuado en más de un millón de millones de dólares, según cifras de la Casa Blanca. Además, la inversión dentro de la región se ha multiplicado por seis desde ese año.

“Si ustedes piensan en Norteamérica, con tres fronteras así de extensas dentro de las cuales compartimos un conjunto de valores comunes, un conjunto de principios comunes, un compromiso con la democracia, un compromiso con los mercados libres, un compromiso con el comercio en el cual somos aliados e interactuamos pacíficamente, eso es un regalo muy preciado”, dijo Obama en Toluca ante dirigentes empresariales, educativos y civiles.

Y para armonizar esos valores comunes con el compromiso de los mercados libres, los tres países anunciaron fronteras más fluidas con la creación en 2014 del Programa Norteamericano de Viajeros de Confianza.

Este programa agilizará el movimiento de comerciantes y visitantes, cuyos antecedentes han sido previamente revisados, a través de sus respectivas aduanas.

El primer paso será el reconocimiento mutuo de los programas de este tipo ya existentes: NEXUS de Canadá, Global Entry y SENTRI de EEUU, así como Viajero Confiable de México.

Esto significa que los tres países compilarán los datos de cada uno de esos programas para formar uno único para Norteamérica.

Al mismo tiempo, se comprometieron a reforzar la lucha contra el lavado de dinero al mejorar su diálogo en la supervisión del sector
financiero, y a estrechar su cooperación con Centroamérica en materia de seguridad.

Aun cuando NAFTA produce el 30 por ciento de los bienes y servicios del mundo, Obama insiste en abrir el mercado de la región Asia-Pacífico — la más poblada del mundo — a través del Trans-Pacific Partnership, o TPP.

La negociación de este tratado de libre comercio, que comprendería a 12 países y que segun expertos reemplazaría al NAFTA en la practica, está estancada. Al final, la aprobación del TPP depende del Congreso estadounidense.

Además de EEUU, Canadá y México, el TTP incluye a Australia, Brunei, Chile, Japón, Malasia, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y, Vietnam.

Durante el encuentro con los medios en Toluca, Obama, quien en su campaña presidencial de 2008 prometió renegociar el NAFTA, admitió que el TTP enfrenta oposición entre su propio Partido Demócrata, pero agregó: “Si es un buen acuerdo, lograremos su aprobación,”, reportó Fox Latino.

Pero Louise Slaughter, congresista demócrata por Nueva York desde 1987, considera “absurda” la idea de aprobar el TTP.

“Desde que he estado en el Congreso, jamás he visto un proyecto de ley que beneficie al productor o al obrero estadounidense”, dijo Slaughter al portal Politico.

“La gente esta harta y cansada de los acuerdos (de libre comercio) donde una de las partes vende y la otra no compra”, dijo. “Solo se han
beneficiado unos cuantos, y realmente ya no podemos permitir eso”.

La de Toluca, fue la séptima cumbre NAFTA desde 1994. Canadá será anfitriona de la próxima cumbre NAFTA en 2015.

No obstante los logros de este tratado comercial, algunos lo consideran como “una obra en desarrollo”.

“El simbolismo es importante, especialmente hoy cuando NAFTA cumple 20 años. Sin embargo, a menos que los líderes se esfuercen para hacer avances, estas reuniones a menudo se convierten en oportunidades desaprovechadas”, dijo a USA Today Eric Farnsworth, vicepresidente de la organización empresarial Americas Society-Council of the Americas.

Por un lado, dijo Farnsworth, NAFTA “desmitifico’ México para el sector privado estadounidense y por ende las cadenas de suministro y
producción de ambos países se han integrado al grado de beneficiar a los tres países socios.

Por otro lado, agregó, el tratado ahora tiene 20 años: “Eso es lo peor… y el mundo ha cambiado”.

Pero Josh Meltzer, experto en comercio de Brookings Institution de Washington, discrepa.

“El hecho de que (la cumbre de Toluca) se da 20 años después de la instrumentación de NAFTA es un parámetro y una oportunidad para revisar las repercusiones del tratado y de lo que se puede hacer más adelante”, dijo Meltzer al diario británico The Guardian.

El TPP “es en realidad la oportunidad para renegociar el NAFTA en el sentido de no tener que abrir de hecho el acuerdo. Parte de la controversia que siempre rodeó a NAFTA ha continuado y ahora la vemos resurgir en el contexto de TPP”, agregó Meltzer.