Redacción Negocios Now
Ahorrar para el retiro es uno de los desafíos financieros más importantes de la vida, y también uno de los más difíciles de planificar. La cifra exacta que se necesita varía según factores, como el estilo de vida, los ingresos, la edad, la salud y el lugar donde se viva.
Sin embargo, expertos coinciden en algo: la mayoría de las personas subestima cuánto necesitará para mantener su calidad de vida después de dejar de trabajar.
Una regla general muy utilizada en el mundo financiero sugiere que una persona debe contar con un fondo equivalente a un 70 y 80 % de sus ingresos anuales previos a la jubilación para sostener su nivel de vida.
Por ejemplo, si alguien gana 60,000 dólares al año, debería aspirar a tener un ingreso anual de al menos 42,000 a 48,000 dólares durante el retiro. Esto puede provenir de una combinación de ahorros personales, pensiones, cuentas 401(k) o IRA, y beneficios del Seguro Social.
Otra forma de calcularlo es a través de la “regla del 4 %”, que estima cuánto se puede retirar anualmente sin agotar los ahorros. Según esta regla, si se desea retirar con 40,000 dólares al año, se necesitaría acumular un fondo de aproximadamente un millón de dólares. Aunque esta cifra puede parecer elevada, ilustra el impacto del tiempo, la inflación y la longevidad en la planificación financiera.
La inflación, precisamente, es uno de los enemigos más silenciosos del retiro. Un gasto que hoy parece manejable podría duplicarse en 20 años.
Por ejemplo, un jubilado que hoy necesita 50,000 dólares anuales, podría requerir más de 90,000 dólares dentro de dos décadas solo para mantener el mismo poder adquisitivo.
Por eso, los asesores recomiendan no solo ahorrar, sino invertir de forma estratégica en instrumentos que ofrezcan rendimientos superiores a la inflación, como fondos indexados, bonos o cuentas con beneficios fiscales.
El punto de partida ideal es comenzar temprano. Iniciar los ahorros a los 25 o 30 años, aunque sea con pequeñas aportaciones mensuales, puede marcar una diferencia enorme gracias al interés compuesto.
Un ejemplo: una persona que ahorra 300 dólares al mes desde los 25 años y obtiene un rendimiento promedio del 6 % anual podría acumular más de 680,000 dólares a los 65 años. Si empieza a los 40 años, la cifra se reduce a menos de 250,000. El tiempo, literalmente, vale dinero.
No obstante, no todo es cálculo matemático. Planificar el retiro también implica pensar en los gastos médicos, la posibilidad de cuidar a familiares, los impuestos y el estilo de vida deseado. Algunos jubilados optan por mudarse a lugares más económicos, otros deciden seguir trabajando a tiempo parcial o emprender proyectos personales.
La conclusión es clara: no existe una cifra universal, pero sí una estrategia común. Cuanto antes se empiece, más opciones habrá. La clave está en establecer metas realistas, automatizar los ahorros y revisar el plan cada pocos años.