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Cristina Villafuerte Beran: Inspiradora, una latina de alto voltaje

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La historia de cómo Cristina Villafuerte Beran pasó de ser una electricista empírica a la dueña de Chicago Voice & Data Authority, una empresa de tecnología que factura más de 10 millones de dólares al año. 

Por Flavia Rodriguez y CN

La ruta de Cristina Beran Villafuerte hacia lo que es hoy, la dueña de una empresa de telecomunicaciones que genera más de 10 millones en ventas anuales, no puede ser más electrizante.

Aprendió electricidad de manera empírica, después de terminar su “high school” y decidiera fungir de ayudante de hermanos y primos, que trabajaban en la construcción.

Así que la entonces adolescente subió escaleras, quitó ramas, saltó sobre techos, perforó paredes; aprendió a instalar cables e interruptores; a calcular amperaje y a colocar iluminación, electricidad o calefacción en casas, edificios y hospitales.

Y fue por esta vía que se hizo electricista, un oficio que le “dio de comer” y sirvió de conexión perfecta para crear su propia empresa de telecomunicaciones que llamó primero Cris. B Consulting y que cambió luego a la exitosa Chicago Voice & Data Authority, fundada en 2015.

Mexicana de pura cepa, Cristina nació y creció en la Ciudad de México en una familia de 11 hermanos, y emigró a Chicago a los 10 años de la mano de sus padres. Por fortuna llegó cargada con una frase que aprendió en casa de pequeña y le dio alto voltaje para toda su vida.

“Vengo de una familia grande, de 8 mujeres y tres hombres, donde nos decían desde chiquitos, el que no trabaja, no come”, sonríe. De modo que a Cristina, no le importó trabajar entre hombres “ni tampoco hacer muchas veces de sirvienta porque lo que quería -dice- era aprender”.

El reto de ser independiente Pero la electricista empírica consiguió empleo y comenzó a superarse y abrirse paso en una industria no siempre proclive hacia las féminas. En un punto de su vida, encontró similitud entre su oficio y la instalación de cables para servicios de Internet, teléfono y sistemas de seguridad.

“Eran trabajos pequeños, pero me gustó y no me parecía difícil”, comentó. Ya en el área de comunicación, hizo buenos amigos y clientes, y nació su idea de tener su propia compañía, “porque ya dominaba el trabajo -dijo- y había visto que era un buen negocio”.

Fue entonces que Cristina empezó a trabajar de manera independiente como fundadora de Cris. B Consulting que luego cambió a Chicago Voice & Data Authority para ajustar el nombre a los servicios que ofrece.

En menos de cinco años de creada, la empresa ha crecido a un punto de contar con casi medio centenar de empleados, 40 técnicos en el terreno y siete en la oficina. El crecimiento ha sido tan rápido e inesperado que hoy Cristina enfrenta el emocionante reto de aprender a manejar el personal y las finanzas.

“Afuera yo sé cómo hacer el trabajo, por lo que estoy concentrada en aprender más de cómo hacer el negocio desde adentro, delegar quién va a ejecutar los proyectos, atender a los empleados, las finanzas y el ‘marketing’ y en la contratación de gente clave en nuestro objetivo de expansion.

Todo eso es nuevo para mí, y es lo que estoy aprendiendo ahorita”, explica. Una de esas personas que asesora a Chicago Voice & Data es Carlos López, un experimentado profesional en la industria, quien es su gerente de proyectos.

La meta en 15 millones La empresa trabaja actualmente en un contrato de $2.5 millones de dólares en un proyecto de construcción. Se trata de la instalación del sistema de tecnología para 18 edificios en cuatro cuadras en la ciudad de Chicago, con el fin de conectar todos los edificios de esa área, con 450 apartamentos, en una red de comunicación y seguridad.

También acaba de firmar un contrato de $1.7 millones con Rush University para conectar toda su red de fibra óptica de hospitales en Chicago, ubicados entre Ashland Ave y Congress. “Estamos creciendo poco a poco y esperamos este año llegar a 15 millones de dólares en ventas y superar el año pasado, en un 50 por ciento de aumento. No hay que tener miedo La joven empresa emplea 10 mujeres.

Cristina afirma que le encantaría ver a más mujeres en su industria y las anima a construir su propia compañía sin ningún tipo de prejuicio. “A mí no me dio miedo lanzarme. Conocía a mucha gente con experiencia, que se unieron a mi empresa y eso fue algo clave en el crecimiento, dijo.

“Yo pienso que si hay más mujeres que les gustaría hacer esta clase de trabajo, no deberían tener miedo o pensarlo mucho, es lo que yo hice. La verdad es que nunca creí que fuera a crecer tan rápido”, admite.

Chicago Voice & Data no solo es una compañía única en manos de una mujer hispana en Chicago, sino también cuenta con todas las certificaciones del Estado y la Ciudad, lo cual ha ayudado -afirma la empresaria abrir puertas, y aprovechar las oportunidades.

“Cuando se abre la oportunidad, vemos que podemos competir, y ganamos los contratos, no solo porque somos una empresa de Minoría, sino porque sabemos lo que estamos haciendo”, afirma. Porque Cristina es consciente de que el desafío no es sólo lograr que la firma exista por el hecho de pertenecer a las minorías. 

“!Hay que saber hacer el trabajo!”, repite con convicción.