Redacción Negocios Now
La escasez de semiconductores en Estados Unidos ha alcanzado niveles críticos en octubre de 2025, afectando diversas industrias clave, especialmente la automotriz.
Básicamente, la reciente disputa comercial entre China y los Países Bajos ha exacerbado esta crisis, al interrumpir el suministro de chips esenciales para la fabricación de vehículos.
Según un reporte de Reuters, Nexperia, un fabricante de chips de propiedad china, informó a sus clientes que no puede garantizar las entregas de chips después de que el Gobierno neerlandés asumiera el control de la empresa, debido a preocupaciones sobre la transferencia de tecnología a su empresa matriz, Wingtech.
Esta situación ha generado alarma entre los fabricantes de automóviles, como General Motors, Toyota, Ford, Volkswagen y Hyundai, quienes advierten que la producción de vehículos en EE. UU. podría verse interrumpida en el corto plazo, si los envíos de chips no se reanudan con prontitud.
Además de la crisis en la industria automotriz, la escasez de semiconductores está afectando a otros sectores tecnológicos. La creciente demanda de chips para aplicaciones de inteligencia artificial ha provocado un aumento en los precios de los chips de memoria convencionales, como DRAM y DDR5, utilizados en smartphones, servidores y PC.
Fabricantes como Samsung y SK Hynix han redirigido recursos hacia la producción de chips de memoria de alto ancho de banda (HBM) para satisfacer la demanda impulsada por la IA, lo que ha reducido la oferta de chips de memoria tradicionales.
Este desajuste entre la oferta y la demanda ha provocado un aumento en los precios y una posible formación de un “superciclo” en el mercado de chips.
Para abordar esta crisis, Estados Unidos ha intensificado sus esfuerzos para fortalecer la producción nacional de semiconductores. TSMC, el principal fabricante de chips del mundo, ha comenzado a producir obleas de chips avanzados en su planta de Phoenix, Arizona, en colaboración con Nvidia.
Este desarrollo marca un hito importante en el esfuerzo por reestablecer la fabricación crítica de semiconductores en EE. UU., alineándose con la agenda de la administración para reforzar el liderazgo tecnológico y manufacturero estadounidense.
Sin embargo, a pesar de estos avances, aún queda un largo camino por recorrer para que EE. UU. satisfaga completamente su demanda de chips de forma independiente de proveedores extranjeros.
La escasez de semiconductores también ha revelado una grave falta de talento en la industria. Se estima que un tercio de los ingenieros, técnicos de procesos y gerentes más experimentados del sector de semiconductores en EE. UU. están alcanzando la edad de jubilación, lo que pone en riesgo la capacidad de la industria para mantener y expandir su producción.
Esta falta de mano de obra calificada podría obstaculizar los esfuerzos para aumentar la producción nacional de chips y fortalecer la cadena de suministro interna.