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Cierre de sitios por daño del turismo masivo 

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El mundo está lleno de zonas, urbanas y naturales, que sufren las consecuencias del llamado turismo de masas. En algunos lugares se toman medidas para remediar o paliar el daño, como el reciente caso de la isla de Komodo que cerrará durante un tiempo a los visitantes.

La lista de sitios dañados por el creciente número de turistas es larga, e incluye lugares paradisíacos con acumulación de basura que le resta parte de su antiguo esplendor; ciudades míticas siempre invadidas por hordas de personas con cámara en mano; espacios que deberían invitar al recogimiento convertidos en material inagotable de selfies, entre otros.

La decisión de las autoridades de Indonesia de prohibir el turismo a partir del próximo año a Komodo tiene como objetivo implementar un plan de recuperación para la isla y salvar el hábitat de sus populares dragones, convirtiéndola en una zona de conservación para la especie.

Esta medida, efectiva a partir del 2020, significa que el lugar estará cerrado una buena temporada para limpiar la basura y suciedad generando por los visitantes, lo que es un aviso para otras atracciones invadidas por el turismo.

En Boracay, Filipinas, recurrieron a la misma acción en 2018 y durante seis meses los turistas no pudieron subirse al ferry que los conducía a la isla. El aumento de los visitantes, que llegó a cuadruplicarse en el periodo de 2006 a 2017 hasta los dos millones de personas, terminó con el paraíso mochilero que antes era ese sitio.

De igual forma, Maya Bay, Tailandia, se cerró el año pasado durante seis meses para poder limpiar el lugar y recuperar su belleza. Sin embargo, su estado era tan deplorable por el daño que ocasionaban 5, 000 turistas al día, que tuvieron que prolongar el cierre indefinidamente.

Otro sitio donde se decidió poner freno al turismo masivo es uno de los campo base del norte del Everest, China, que cerró su ingreso a principios de año para poder retirar las toneladas de basura acumuladas en esa montaña, y se prohibió el acceso a turistas, estableciendo un control del número de alpinistas que acceden.

En Katmandú, la capital de Nepal, muchas familias viven del negocio de escaladores y visitantes que acuden a la ciudad para contemplar la belleza del monte, lo que tiene como consecuencia   la acumulación de toneladas de basura. El Parque Nacional de Banff, en Alberta, Canadá, es otro paraíso natural que tuvo que cerrar para preservar los senderos y la vida silvestre del lugar.