Chef mexicana abre restaurante en Chicago

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La mexicana Laura Martínez quedó ciega a los 2 años de edad, pero eso no fue obstáculo para que se convirtiera en chef de cocina y después de trabajar en uno de los restaurantes más prestigiosos de Chicago abriera el suyo propio en uno de los vecindarios más exclusivos de la ciudad.
A los 30 años de edad, esta inmigrante oriunda de Salvatierra, Guanajuato presume de ser la primera persona ciega en comandar un restaurante en Estados Unidos, en este caso La Diosa.
“Esto es el fruto de mi pasión, más que nada”, declaró Martínez en una entrevista con Efe, donde recordó que todo comenzó en la cocina de su abuela, “rodeada de olores, sonidos y texturas”.
“Desde niña supe que quería ser chef de cocina”, dijo, aunque quedó ciega muy temprano al sufrir tumores cancerosos en la vista.
Su abuela le enseñó lo básico, pero la educación formal la obtuvo en el colegio de artes culinarias Le Cordon Bleu de Chicago, a donde llegó con 24 años después de abandonar sus estudios de psicología y mudarse desde la ciudad de Moline, en el mismo estad Illinois.
El Departamento de Servicios de Rehabilitación del estado se encargó de la matrícula y de otros gastos de los estudios, y la ayudó a conseguir una pasantía en la Chicago Lighthouse, una agencia de servicios sociales para ciegos e incapacitados visuales que luego la empleó con el famoso chef Charlie Trotter.
“A Trotter no le importó mi problema de visión y eso es algo que nunca voy a olvidar”, dijo Martínez sobre el chef que cerró su restaurante en 2012 y murió al año siguiente de un derrame cerebral.
El menú de La Diosa incluye un platillo en homenaje a Trotter, una celebridad reconocida por su exigencia y su temperamento explosivo que ubicó a su restaurante entre los mejores del país.
Desempleada, y sin posibilidades de que alguien le diera otra oportunidad, Martínez decidió concretar “el sueño de todo chef de tener el restaurante propio”.
“Había experimentado durante décadas la combinación adecuada de especias, ingredientes y texturas, y no podía quedarme en mi casa y lamentándome”, expresó.
Para ello buscó la ayuda del asesor de pequeñas empresas Andrew Fogaty, quien la ayudó a conseguir préstamos por 40.000 dólares del estado y de la agencia Acción, que se encargará del pago de los cinco primeros meses de renta del local y la asesorará durante nueve meses.
Durante la inauguración de La Diosa, a mediados de enero pasado, Fogaty declaró que lo impresionó la determinación de la chef y le aconsejó que comenzara por algo pequeño, y para ello escogieron un local de 1.500 pies cuadrados en el vecindario de Lincoln Park.
El espacio es suficiente para seis mesas pequeñas, una fila de banquetas en la ventana del frente y un mostrador, detrás del cual Martínez, su esposo, Maurilio, y su madre, Josefina, preparan un menú contemporáneo francés, mexicano e italiano.
En opinión de Fogaty, la inauguración “no es la culminación, sino el comienzo. Pienso que ella usará el restaurante como un vehículo para conseguir capital y avanzar hacia algo más grande”, dijo.
Martínez aconsejó a las personas con discapacidades a “que se motiven y sigan adelante”, porque “la vida es corta y hay que aprovecharla al máximo, sin excusas”.
Por el momento está satisfecha con los primeros resultados de su restaurante, pero quiere escuchar de sus clientes halagos como “delicioso, extraordinario o magnífico”, para seguir afinando su creatividad. (EFE)