Redacción Negocios Now
Un avión Boeing 737 Max 8 experimentó en mayo un problema poco común, pero potencialmente grave antes de aterrizar de manera segura, informó la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés), que investiga la causa del incidente durante un vuelo de Southwest Airlines.
El 25 de mayo, menos de una hora después de despegar de Phoenix, AZ, el avión registró un movimiento de guiñada incontrolado de lado a lado, conocido como balanceo holandés, mientras navegaba a 32,000 pies de altura, dijo en un comunicado.
Los pilotos del vuelo 746 de Southwest pudieron recuperar el control y el avión, con menos de dos años de antigüedad, y aterrizó en Oakland, CA, según un informe preliminar de la FAA. Una inspección posterior al vuelo reveló daños en una unidad de control de energía de respaldo, conocida como PCU.
El sistema dañado controla los movimientos del timón en la cola del avión. Aún no quedaba claro para la FAA qué causó la pérdida de control durante el vuelo, y ninguna otra aerolínea ha informado de problemas similares.
El avión permaneció en Oakland hasta el 6 de junio, cuando voló a Everett, Washington, donde tiene su sede uno de los proveedores de mantenimiento de Southwest.
“Un vuelco holandés es bastante raro en los aviones modernos, porque sus sistemas están diseñados para evitar que se produzca”, declaró en el reporte Shem Malmquist, piloto comercial que vuela el Boeing 777 e instructor en Florida Tech.
Boeing continua trabajando para reconstruir la confianza de los reguladores federales y del público que vuela desde que un par de aviones Boeing 737 Max 8 se estrellaron en 2018 y 2019, matando a 346 personas.
Las versiones anteriores del 737 estuvieron involucradas en varios accidentes durante la década de los 90, los cuales se atribuyeron a problemas con el timón de cola.
Uso de titanio defectuoso
Boeing también es sujeto de investigación por la utilización en sus aviones de titanio defectuoso, cuya procedencia parece que fue también falsificada, según confirmó la FAA después de la publicación del asunto por el periódico The New York Times.
El rotativo añadió que, al parecer, un empleado de la empresa china que vendió el titanio habría falsificado los documentos de certificación del origen del metal.
“Boeing informó de forma voluntaria a FAA sobre la adquisición del material a través de un distribuidor que puede haber falsificado sus registros, o proporcionado documentos erróneos”, señaló la agencia federal.
La empresa Spirit Aerosystems, que proporciona fuselajes a Boeing y alas a Airbus, detectó que el titanio utilizado contenía pequeños agujeros producidos por corrosión, se comprometió a informar sobre su origen y, mientras tanto, retiró los componentes afectados para realizar pruebas.
Los aviones afectados por el titanio defectuoso serían Boeing 737 Max, Boeing 787 Dreamliner y Airbus A220, producidos entre 2019 y 2023. Boeing emitió un boletín alertando sobre las formas en que los proveedores deberían estar alertas ante la potencial falsificación de documentos, dijo la FAA.