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Abriendo un negocio…¿de marihuana?

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Mexicana de origen, Silvia Orizaba estrena la nueva ley que permite el expendio de marihuana con fines medicinales y abre un negocio para educar a los hispanos en su aventura empresarial con yerba verde

 

Por Víctor R. Pérez

 

CHICAGO – Para Silvia Orizaba Knilans informarse y educarse sobre la marihuana medicinal “es una adicción” en el buen sentido de la palabra.

La fundadora de Medical Marijuana Institute (MMI) inició este proceso de aprendizaje iniciado a finales de los noventa. “A medida que sabía más sobre este remedio, más me sorprendía; quería saber más”, dijo Orizaba Knilans a Negocios Now.

Ahora Orizaba Knilans busca compartir sus conocimientos capacitando a aquellos interesados en trabajar en el campo de la marihuana medicinal — un terreno que se antoja por demás fértil en Illinois.

El primer día de 2014, entra en vigor el programa piloto que permite la venta y compra de marihuana con fines médicos en el estado. El programa vence el último día de 2017 y podría no ser renovado.

Pero Orizaba Knilans afirma que el sector del cannabis medicinal tiene “99.9 por ciento de seguir” más allá del 2017, debido a los beneficios a la salud , al estricto control de las autoridades y a que “la gente ahora es cada vez más abierta” a otros remedios medicinales.

Y también hay una razón económica. Los trabajos en esta industria pagarían unos 25 dólares la hora, poco más de tres veces el salario mínimo de Illinois, según MMI.

El IMM, ubicado en el 1603 Orrington Ave. de Evanston, ofrece un entrenamiento intensivo de seis semanas sobre las diferentes variedades de cannabis, los padecimientos que puede sanar esta hierba, y los tipos de pacientes que pueden recibirla. El curso, que cuesta 350 dólares y es impartido en inglés y en español, empieza el 12 de octubre. Al final, el estudiante tendrá que rendir un examen para obtener su certificado en marihuana medicinal.

“Este certificado ayuda a conseguir trabajos en la industria atendiendo a los pacientes. Enseñamos a cómo hablar con los pacientes y a cultivar marihuana en los centros autorizados (por Illinois)”, dijo Orizaba Knilans. “Es importante que la gente sepa de este programa de entrenamiento, especialmente la gente latina”.

La originaria de México de 36 años vaticina que la marihuana médica generaría alrededor de 400 empleos en el estado durante los cuatro años del programa piloto. MMI ayudaría a sus egresados a conseguir trabajo, aseguró.

“Estamos empezando, pero uno nunca sabe. Mañana puede haber más clínicas y dispensarios en Illinois y en otros estados”, dijo Orizaba Knilans.

El pasado 1 de agosto, Illinois se sumó a los 19 estados de la Unión Americana –- además de Washington, D.C. –- que han legalizado la marihuana con fines médicos desde que California hizo lo propio en 1996.

A partir de 2014 sólo 60 dispensarios con licencia podrán vender marihuana a pacientes con ciertos padecimientos médicos en Illinios. A su vez, los dispensarios sólo podrán ser surtidos de cannabis por 22 centros de cultivo autorizados por el estado.

IMM anunció también que trabajará con dispensarios y centro de cultivo para dar becas a los pacientes de escasos recursos.

“Los pacientes con cáncer avanzado o que tengan una discapacidad, y que no puedan pagar la marihuana médica, y que califiquen para esta ayuda, podrán recibir una dotación gratis de marihuana en un dispensario de nuestra red”, explicó Orizaba Knilans.

Aclaró que cada mes, el paciente tiene volver a solicitar esta beca.

 

RITO DE INICIACIÓN

Algunos residentes de Illinois conocen las propiedades curativas del cannabis por gajes del oficio.

El ex futbolista profesional Gonzalo Pérez, quien jugó para Fronterizos de Tijuana de la división de ascenso mexicana en los ochenta, cuenta que en la marihuana medicinal es un rito de iniciación en el balompié mexicano.

“Los jugadores más veteranos llegaban al partido con sus botellas de marihuana en alcohol para frotarse las piernas con marihuana como precalentamiento, antes de saltar a la cancha. Es una tradición. Es algo muy usual”, explica el oriundo de Ciudad Sahagún, Hidalgo, a 62 millas al nororiente de la Ciudad de México.

Pérez, de 50 años y que aún juega al fútbol pero a nivel amateur, afirma que él mismo como futbolista comprobó las propiedades curativas del cannabis remojado en alcohol en su natal México.

“Yo mismo llegué a frotarme marihuana para el dolor de rodillas y de los pies. Y puedo decir que sí disminuye el dolor”, dice Pérez, quien jugó para Fronterizos de Tijuana de la división de ascenso mexicana a mediados de los ochenta.

Pero advierte que no hay que abusar de este remedio.

“La marihuana es tan fuerte que si frotas demasiado la piernas con ella puede calarte hasta el hueso. Por eso no la puedes usar a diario”, dijo.

De ahí la importancia de aplicar el cannabis curativo bajo supervisión profesional, destacó.

“Estoy a favor de la capacitación de profesionales en marihuana medicinal. Yo mismo he visto los resultados positivos de la marihuana en los casos de artritis y reumas de familiares y amigos en México”, dijo Pérez.

 

CÓMO SE INSPIRO

Para Silvia Orizaba Knilans, del MMI, su interés para informarse y capacitarse en la salud y en la marihuana medicinal empezó hace 16 años con la muerte de sus padres.

Ellos murieron de cáncer con una diferencia de ocho meses. Ella tenía 41 años; él 46.

“Ellos murieron muy jóvenes. Recibieron demasiada medicina. Eso les afectó demasiado”, dijo Orizaba Knilans , de 36 años.

Lo anterior la llevó a estudiar nutrición y terapia física dos años después.

Cuando trabajaba en un centro de rehabilitación en Chicago se topó con el caso “insólito” de un paciente. El hombre de 30 años se había lesionado la espalda al trabajar en una tienda Staples, y acudía al centro de rehabilitación para recibir terapia física.

“Había días en que él no podía ni moverse por el dolor en la espalda. Pero después de uno de esos días, él regresó y empezó a hacer ejercicio durante una hora, sin parar, como si nada le doliera”, recuerda Orizaba Knilans.

Incrédula, ella le preguntó cómo había logrado esa proeza.

“‘Yo fumo marihuana”, me dijo el hombre’”, evoca Orizaba Knilans. “Pero cómo dices eso’, le respondí. ‘Sí, fumo marihuana. Sólo así puedo soportar el dolor tan fuerte de espalda que me está matando’, me dijo. En ese momento decidí investigar sobre la marihuana médica”.

Así pues, estudió sobre marihuana medicinal en California y en Colorado.

“En esa época conocí las historias de adultos y de niños devastados por enfermedades,y vi cómo la marihuana podría ayudarlos a mejorar su calidad de vida”, dice Orizaba Knilans.

De vuelta en Illinois, se unió como voluntaria a NORML, organización no lucrativa de Washington, D.C. que propone la legalización de la marihuana.

Con ese objetivo, Orizaba Knilans empezó a hacer cabildeo en Springfield (Illinois), donde, dice, trabajó estrechamente con las oficinas de los representantes estatales demócratas Daniel Biss y Louis Lang (Skokie).

“Esto (la legalización) fue por los pacientes… Esto fue por el estado del cuidado de salud… en Illinois”, dijo Lang dijo a la agencia AP cuando el gobernador Pat Quinn promulgó la ley de la marihuana medicinal.
En cuanto MMI, tiene Orizaba Knilans bastante claro su meta: “Queremos establecer una escuela nacional de marihuana en Estados Unidos, a más tardar en 2016”.