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Los chicos “locos” que dieron en Target

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Hay quien afirma por ahí que para llegar al éxito se necesita estar un poquito cuerdo y poquito loco.
Mire usted esta historia. Alejandro Vélez y Nikhil Arora hace solo dos años se le ocurrió la “idea loca” de producir hongos comestibles a partir de los residuos del café, y no solo lo lograron sino que hace poco nos enviaron un correo confirmando que su producto comenzó a venderse en las tiendas Target.
“Estamos emocionados de anunciar que el Mushoom Mini Farm (como denominaron el hongo comestible), se encuentra disponible en todas las tiendas Targe del país”, afirman.
En una edición del 2013 Negocios Now publicó la historia de los estudiantes de la Universidad de California, en el campus de Berkeley, donde a ambos se le ocurrió trabajar en la la idea de producir el hongo del residuo del café.
“Nos  decían que abandonaran el proyecto, que el hongo no crecía en ese ambiente, que el café era muy húmedo y muchas cosas más”, dijo el colombiano Vélez.
Pero los veinteañeros emprendedores, que estudiaban su último semestre de Negocios y Ciencias Políticas,  no se desanimaron y continuaron investigando, tomando como materia prima el ripio del café que botaban en Starbucks o la cadena Peets Coffe.
No estaban solos en su arrebato.  Tenían a su lado un mentor  “que siempre creyó en nosotros y nos sacó adelante”, pidieron ayuda en el departamento de Biología y no pararon de investigar bajo la hipótesis de que las cualidades ácidas del café y la humedad natural del grano eran terreno fértil para el crecimiento del hongo.
Sí lo lograron. Y entonces se armó la locura por una innovación que rápido  ocupó espacios en la CNN y en el The New York Times y llegó a los anaqueles de un gigante de comida natural: Whole Foods.
De pronto los dos amigos pasaron a ser también socios de una empresa que denominaron Back to the Roots y comenzaron la producción de Mushroom Garden, como denominaron su producto, en una bodega de 250 pies cuadrados, gracias a un donativo de 5,000 la propia universidad.
Las primeras 3.14 libras de hongos la vendieron al Whole Foods, en Berkerley, y un año después se les ocurrió la otra genial “locura” para mostrar una vez más su estirpe natural de hábiles empresarios: vender cajitas con el café reciclado, ya fertilizado, con las semillas del hongo para que la propia gente produjera el comestible en sus hogares.
Entonces parecía, a los ojos de los incrédulos, una quimera de jóvenes de 21 años, pero hoy los amigos y socios ya tienen el Mushroom Garden en todas las tienda de la cadena Whole Foods, en Home Depot y, también, dieron en el blanco de Target.
Sin embargo, frente a una demanda espectacular, el crecimiento se vio frenado por la falta de capital para la expansión y pensando en este lado flaco del negocio, les cayó la noticia de que habían ganado un donativo de $50,000 del concurso The MillerCoors Urban Entrepreneurs Series que premia al mejor plan de negocios de jóvenes empresarios.
Con este monto pudieron rentar una bodega de 10,000 pies cuadrados donde actualmente reciclan 20,000 libras de café por semana y que utilizan como abono para crecer los hongos.
“Lo más importante de este programa fue que nos inyectó más confianza,  no sólo por el soporte financiero, sino también la asesoría empresarial. Hablamos con el Vicepresidente de Ventas  y nos dio una buena ruta para crecer,  dijo Vélez.
Para un joven que antes de salir de la  Universidad ya había hecho noticia y algo de dinero con un  negocio propio, “lo importante no es hacer una compañía para hacerse rico, sino hacerla con una visión, en equipo, con una misión clara, lo demás viene solo”, afirmó.